Yahoo Finanzas Draghi empuja a España hacia el rescate
Se esperaban sus palabras como agua de mayo, pero no ha hecho más que poner los mercados patas arriba. Nos referimos a Mario Draghi, que ha descartado la compra urgente de deuda pública del Banco Central Europeo para los países de la zona euro que lo necesiten, a no ser que pidan el rescate.
"Los Gobiernos deben ir al fondo de rescate, el BCE no está para sustituir a los Gobiernos". Es decir: si España quiere ayuda, Rajoy deberá pedir el rescate, tomando la decisión que siempre ha descartado. Era, precisamente, lo que nadie quería oír, salvo Alemania. Tanto España como Italia esperaban que se reactivaran las comprar para aliviar los intereses de una financiación que, ahora mismo, comienza a ahogar sus economías, tras asegurar el mismo Draghi la semana pasada que el BCE haría todo lo posible para evitar la caída del euro.
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En este sentido, el presidente del BCE ha asegurado que "el euro es irreversible" y que están dispuestos a tomar medidas extraordinarias, pero no ha concretado cuáles y se ha remitido a las próximas semanas para elegir qué tipo de mecanismos emplearán para frenar la sangría.
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Draghi, además, ha descartado dar licencia para que el fondo de rescate acceda al fondo de financiación del BCE, lo que permitiría aumentar la capacidad de maniobra de cara a solucionar los problemas financieros de otros países. Draghi asegura que debe cambiarse la normativa para aprobar este mecanismo, de manera que sería Alemania la que tendría que dar el visto bueno.
Terremoto bursátil
Las palabras de Draghi han decepcionado a los mercados. En concreto, la bolsa Española las ha recibido como una patada en el estómago; de estar en positivo, el Ibex 35 se ha despeñado hasta un 5% en solo unos minutos, rompiendo la tónica positiva de los últimos días y cerrando con pérdidas del 5,16%. Además, la prima de riesgo se disparó en cuanto el presidente del BCE abrió la boca. Si antes de la rueda de prensa estaba en 519, los mercados han cerrado con el diferencial en los 600 (80 puntos más), aupada por el interés del bono español a 10 años, alzado en un 7,24%, mientras que el alemán ha cerrado relajándose hasta un interés anual del 1,24%. Merkel puede estar contenta.
