¿El fin de las contraseñas?
El fin de los passwords se acerca, van a ser sustituidos por escáneres de retina o por lectores de huellas dactilares. ¿Cuántas veces habremos oído esta frase, sin que llegue nunca a hacerse realidad? Estamos en 2013 y todos seguimos accediendo a nuestro correo electrónico de la misma forma que en el año 2000.
Pero parece que esta vez sí, la cosa realmente se mueve y en no mucho podremos certificar la muerte de las contraseñas. El responsable del acelerón en este sector es Apple y su decisión de incluir un lector de huellas dactilares en el iPhone 5S.
Samsung y LG tienen previsto lanzar al mercado en los próximos meses teléfonos con tecnología similar, y que harán que el PIN sea cosa del pasado.
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¿Pero, por qué han tardado tanto las empresas de tecnología en usar estos sistemas?
Los lectores de huellas dactilares, utilizados por empresas de seguridad desde hace varios años, suelen estropearse con frecuencia. La suciedad y el uso habitual impiden su correcto funcionamiento, por lo que deben ser revisadas cada cierto tiempo, un hándicap que ha impedido su popularización en la electrónica de consumo.
Por no hablar de los errores de lectura que se producen en las máquinas más económicas. Una herida en el dedo puede confundir a la máquina y no permitir el acceso a alguien que lo tenga.
Ninguno de estos fallos se está dando en Touch ID, el sistema de lectura de Apple que está disponible en el iPhone 5S, por lo que parece que la empresa californiana ha dado en el clavo.
Las últimas patentes de Apple sugieren que quiere llevar la tecnología Touch ID a la pantalla del teléfono, para que los iconos de las apps identifiquen las huellas y concedan acceso. Por ejemplo, la aplicación de correo solo se abriría si la persona que tiene acceso pulsa sobre ella.
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Pero no solo hay que fijarse en el dedo. La Xbox One, mediante su sensor Kinect, es capaz de reconocer a quién tiene delante de su cámara gracias a a un software que reconoce la altura y la forma de las personas y distingue su voz. La maquina de Microsoft utiliza esta información para ofrecer entretenimiento personalizado, pero también podría servir para permitir o denegar el acceso a determinadas funciones. Es decir, como barrera de seguridad.
Los actuales portátiles podrían identificar el iris de los usuarios mediante la webcam y un software dedicado y así permitir o no el acceso a correo electrónico. Esta tecnología está disponible, pero parece que los fabricantes no se atreven a implementarla. Quizás en no mucho tiempo sea moneda común, y por fin nos podamos olvidar de las dichosas contraseñas...