Yahoo Finanzas ¿Puede España ser una amenaza económica para Alemania?
La percepción generalizada de muchos españoles es que cada vez ganamos menos a final de mes y que al mismo tiempo, no ocurre lo mismo con la mayoría de los ciudadanos europeos, que están viendo cómo crecen sus salarios.
La otra cara de esta rebaja de sueldos es que la economía española ha ganado en competitividad respecto a otros países de la Eurozona. Es el resultado de la crisis y la reforma laboral. La primera debilita la demanda hasta niveles agonizantes, la segunda está forzando a la baja los salarios. Incluso el IPC, siempre tan reacio a bajar en nuestro país, está en niveles minimamente bajos; ha cerrado agosto en una tasa internaual del 0,3%.
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El resultado es que las poderosas potencias de Europa han empezado a ponerse algo nerviosas ante este nuevo modelo económico español, que tiende a parecerse al de las economías emergentes.
El propio presidente del Bundesbank, considerado un halcón, un ortodoxo de la disciplina de gasto y la autsteridad, Jens Weidmann, ha puesto de ejemplo a España y a Irlanda como países que sufrieron graves crisis dentro de la eurozona. Dos modelos económico durante la burbuja que luego han sido denostados. El jefe del banco central alemán advierte que el escenario puede volver a cambiar dentro de Europa porque la recuperación de esas economías, con problemas, como la de España e Italia, pone en peligro la competitividad de Alemania.
Y eso que Alemania ha superado mucho mejor la crisis que otras economías de la eurozona, como demuestra el PIB haya aumentado un 2,25% desde antes de la crisis, en contraste con 0,25% registrado en Francia y la caída del 9% y el 7,5% registrada en Italia y España, respectivamente.
Sin embargo, el presidente del Bundesbank ha remarcado que las ventajas económicas se pierden con rapidez. Por ello, ha advertido de que, aunque Alemania no sufre una burbuja inmobiliaria y no tiene problemas con sus bancos como estos dos países, "las presiones demográficas y el proceso de puesta al día en otras economías podría llevar a la erosión gradual de la competitividad de la economía alemana".
Ese incipiente temor alemán a perder pujanza a manos de otros países de la unión ha calado más hondo en Francia. Inmersa desde hace meses en un debate sobre cómo hacer más eficaces, productivas y baratas sus empresas, el país vecino está empezando a mirar a España con otros ojos. Nuestro paro sigue asustando, pero París comienza a valorar la manera en la que las compañías se han adaptado a la realidad de la crisis.
Los costes salariales han caído en España bastante más que en Francia, la productividad española también ha crecido más y el mercado de trabajo es uno de los mas flexibles de Europa.
Muchas compañías galas se han trasladado -otras estudian hacerlo- a nuestro país, donde producir es mucho más barato. El mejor ejemplo es Renault. La automovilística no sólo va a producir algunos de sus nuevos vehículos en suelo español, sino que en la sede de París quieren copiar el modelo de Madrid.
Pero un modelo productivo basado en competir sólo con salarios y costes bajos tiene un recorrido corto, según muchos expertos. La clave es la innovación constante y el valor añadido, que se basan en la investigación, el desarrollo y la educación. Hacer cosas de calidad que no pueden hacer otros a los mismos precios.
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