España, la campeona del mundo occidental en subir los impuestos
España no solo copa los primeros puestos del podio mundial en distintas disciplinas deportivas. También lo hace en el número de informaciones que le dedica la prensa internacional por su grave situación económica y, desde que llegó el PP al poder, por la vertiginosa subida de impuestos que está aplicando y de la que no se salva ninguna de las figuras recaudatorias: renta de las personas físicas, IVA, sociedades, tasas e impuesto de patrimonio. Este último se iba a suprimir pero, sin embargo, se decidió mantenerlo. También se ha permitido a los ayuntamientos elevar sustancialmente el IBI a partir de este año.
En el caso del IRPF, el incremento aplicado al tipo máximo por este Gobierno del 45% al 52% es el segundo más elevado del mundo, solo superado por el de Zimbabwe, que lo incrementó del 36% al 46%. En Europa, Francia también incrementó bastante este año el tipo marginal de su impuesto, pero menos, desde el 41% al 45%.
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El resultado de este afán recaudatorio, contrario al programa con el que se presentó el PP a las elecciones, es que España se ha convertido en el quinto país del mundo con el tipo máximo del IRPF más alto. Únicamente cuatro países, tres de ellos europeos, cuentan con un impuesto sobre la renta más alto que España. Encabeza la lista la isla caribeña de Aruba, con un tipo marginal del 58,95%, seguida de Suecia (56,6%), Dinamarca (55,4%) y Países Bajos (55%), según un estudio de la consultora KPMG.
Estos tipos máximos derivan del gravamen complementario y "temporal" que aprobó en enero el Gobierno, que incluía un incremento del IRPF de entre el 0,7% y el 7% en función de la renta de cada contribuyente.
Además, si añadimos la capacidad que tienen las comunidades autónomas para legislar en su parte del IRPF, vemos cómo algunas de ellas, como Cataluña, aplican en total un tipo marginal del 56%, que es el segundo más alto de Europa, solo superado por Suecia (56,6%) y, a escala mundial, únicamente es más alto el de Aruba (58,95%).
Después de España (52%) y con un tipo máximo del 50%, se encuentran tres países de Europa: Austria, Bélgica y Reino Unido, mientras el tipo máximo medio en la Unión Europea es del 46%. Fuera de Europa, en Asia y África, Japón y Senegal son los dos únicos países con una escala de gravamen que llega al 50%. Sin embargo, la incidencia de ese impuesto de máximos es reducida en España. Para soportarlo hay que declarar una base imponible de más de 300.000 euros, que es el umbral más alto de todos los países.
En el caso del IVA, España solo soporta desde el pasado septiembre una presión fiscal menor que los países rescatados, que han tenido que aplicar la medicina de la subida de impuestos obligados por el FMI, Bruselas y el BCE. Se trata de Grecia y Portugal. Italia, aunque no ha pedido ayuda, soporta también un IVA mayor.
En estos tres países, por ejemplo, el tipo general está en el 23%. Y en Grecia y Portugal el reducido es además del 13%, tres puntos más que en el caso español. Pero, por si fuera poco, y debido a las condiciones impuestas desde Bruselas, los griegos tienen un impuesto superreducido del 6,5% y los portugueses del 6%.
España tiene, en cambio, un IVA más alto que Alemania, Holanda o Reino Unido, entre otros países, y destaca la rapidez con la que ha subido este impuesto. Desde el año 2000 el tipo general ha pasado del 16% al 21%.
En el caso del Impuesto de Sociedades, las empresas pagan -al menos formalmente, no en términos efectivos- 3,9 puntos más que en la zona del euro, donde se ha producido una pronunciada reducción en los últimos años. Desde el año 2000 se ha pasado del 34,4% al 26,1%.
Estos tipos impositivos, en todo caso, son nominales, ya que los reales eran muy inferiores debido a que los agentes económicos se beneficiaban de toda suerte de deducciones y desgravaciones que reducían el tipo efectivo de forma considerable. Pero Rajoy está eliminando toda esa batería de instrumentos que permitían pagar menos a las sociedades.
Muchos impuestos, pero se recauda poco
Pero, paradojas de España y los estados del Sur, la existencia de altos tipos impositivos, sin embargo, no garantiza elevados ingresos. Este es el caso de nuestro país, que se mantiene a la cola en cuanto a recaudación tributaria, sin tener en cuenta otros ingresos derivados de privatizaciones o de rentas generadas por el patrimonio público. Según la oficina estadística de Bruselas, los ingresos apenas llegan al 31,9% del PIB, muy por debajo del 38,9% de la media en la Unión Europea. El fraude campa a sus anchas.