Yahoo Finanzas El ‘Falcon Crest’ a la española que desgarra un imperio empresarial
La pelea familiar por el control del grupo Eulen-Vega Sicilia entre el padre y la mayoría de sus hijos se ha convertido ya en una verdadera batalla campal. Un enfrentamiento a cara de perro donde los militares han sido sustituidos por potentes equipos de abogados y auditores y que salvando las distancias que hay entre Texas y Castilla y León y entre el petróleo y el vino, recuerda mucho al famoso culebrón televisivo de los años ochenta: Falcon Crest.
El cisma familiar se inició en 2010 cuando los hijos quisieron dar un golpe de mano y desplazar a su padre de la presidencia del grupo Eulen. Ese movimiento está todavía en los juzgados, pero ahora los cinco hijos díscolos han dado un golpe encima de la mesa y han vendido su parte en Eulen a otra empresa familiar, El Enebro, por unos 80 millones de euros. Esta empresa compradora de esas acciones del potente grupo de servicios está participada por esos cinco hermanos rebeldes y por otros dos que están del lado del patriarca en la pugna.
Tras conocer la operación, el fundador de Eulen ha acusado a sus cinco hijos “díscolos” de “haber vaciado” El Enebro, propietario también de la codiciada bodega Vega Sicilia, con el fin último de hacerse con la propiedad de estas famosas bodegas. El presidente de Eulen califica la operación de sus hijos (Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo) de "maniobra clandestina" y, junto a sus dos herederos leales, María José y Jesús David, "está dispuesto a defender sus derechos por las vías que legalmente procedan". Otro nuevo choque judicial a la vista dentro de la familia.
El conflicto se remonta a cuando el empresario leonés repartió el capital de la sociedad patrimonial propietaria de Eulen entre sus siete hijos a cambio de mantener los derechos políticos sobre el 51% del capital. Todo funcionó hasta el estallido del conflicto familiar en 2010. Fue entonces cuando los herederos, con mayoría en el consejo, le quitaron de la presidencia.
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El padre ya ha conseguido dos victorias judiciales sobre sus hijos en el control de Eulen y por eso ahora los cinco descendientes han centrado todas sus esperanzas en la disputa por El Enebro.
El Enebro, sociedad controlada por los hijos en un 70%, compra el 27% de Eulen poniendo como garantía de cobro de los 80 millones por la venta de sus acciones en Eulen las acciones de la bodega ribereña. De esta manera, en caso de que El Enebro no pueda cumplir con las condiciones de pago de los 80 millones, Marta, Elvira, Juan Carlos, Emilio y Pablo Álvarez Mezquíriz se quedarían con el productor de vinos, fuera ya del paraguas societario familiar del que ostentan la mayoría. Las condiciones de la transacción incluyen además un derecho preferente de cobro sobre los dividendos de la bodega y los derechos políticos de las acciones pignoradas.
El año pasado el patriarca y empresario leonés había dado los primeros pasos para convertir a su hija fiel María José Álvarez Mezquíriz en heredera del control del imperio dejando fuera de juego a sus cinco hermanos rebeldes. David Álvarez designa a su hija administradora solidaria de Daval Control, la sociedad instrumental en la que el patriarca y su vástago han agrupado la participación del 60% que controlan de Eulen entre ambos.
Tras esta maniobra, María José añade a su condición de vicepresidenta y administrador solidario de Eulen, pues carece de consejo de administración, el control de la instrumental que aglutina el 60% del capital. Así es como David Álvarez ha decidido encauzar su propia sucesión a la espera que el Tribunal Supremo resuelva el recurso de los hijos sobre el control de ese 60%.
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