El ex presidente alemán, a juicio por aceptar un regalo de 750 euros
¿Alguien se imagina al Rey de España, a una Infanta, a Mariano Rajoy o a José Luis Rodríguez Zapatero sentados en el banquillo tras ser acusados de haber recibido un regalo de 750 euros a cambio de una supuesta mediación en favor del donante? Pues eso es lo que está pasando al que fuera jefe de Estado de Alemania hasta hace dos años, Christian Wulff.
Se trata de la primera vez en la historia del país que se juzga a un antiguo jefe de Estado, por una cantidad y un motivo, que visto desde España puede parecer una broma. Es Alemania, es otra cultura y las reglas de incompatibilidad y buen gobierno se aprueban para intentar cumplirlas. Aun así, el caso está envuelto en la polémica. Para muchos alemanes se trata de un proceso caro, absurdo y vergonzoso. Y todo por 753 euros.
El expresidente Wulff podía haberse evitado este escarnio público y la llamada ‘pena de Telediario’, es decir, el tener que aparecer en todos los medios de comunicaciones entrando al juzgado a la vez que se rememora con profusión el caso. Sin embargo, el político ha rechazado la oferta previa de la Fiscalía de cerrar el asunto y renunciar al proceso a cambio de una multa de 20.000 euros. Ha decidido pelear ante la justicia. El juicio ya ha empezado y se prevén 22 sesiones y 47 testigos en un proceso que no concluirá antes de la primavera.
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Wulff, de 54 años, se había visto obligado a dimitir como presidente de Alemania el 17 de febrero de 2012 después de que le fuese suspendida la inmunidad por una sospecha de corrupción cuando era presidente de un estado federal, el de Baja Sajonia. Se le acusaba de haber aceptado un crédito privado con unas condiciones muy ventajosas de empresarios amigos por medio millón de euros, con el que adquirió una casa unifamiliar.
Ahora se sienta ante el juez por otra acusación. Un amigo personal de Wulff, el productor de cine David Groenewold, le invitó junto con su mujer Bettina a asistir a la Oktoberfest de Múnich y se hizo cargo de los gastos de hotel de ese viaje por un valor total de 750 euros. La cantidad es irrisoria, teniendo en cuenta el nivel de ingresos de un presidente de la República Federal de Alemania, pero suficiente para sentarlo en el banquillo. La acusación intentará demostrar que, a cambio, Wulff influyó a favor de un proyecto cinematográfico de Groenewold.
De todas las acusaciones que surgieron contra Wulff hace dos años, entre ellas la que le obligó a dimitir de la presidencia, sólo ha llegado a los tribunales la del agasajo por la fiesta del Oktoberfest. En la primera sesión del juicio ante la Audiencia de Hanover, Wulff habló de farsa y alegó que también los políticos tienen derecho a tener amigos. El ex presidente de Alemania asegura haberse enterado después de su estancia en Múnich de que Groenewold había pagado de su bolsillo la diferencia en el hotel para que Wulff y su familia ocuparan una suite lujosa en vez de simples habitaciones dobles. El expresidente relató al tribunal que, al conocer que su amigo había asumido esos costes, le devolvió el dinero.
En cualquier caso, se trata de un proceso ejemplarizante para fortalecer la cultura de la honestidad en el desempeño de un cargo público. Una materia en la que España debería crear una asignatura en los institutos para ir cambiando el desolador panorama nacional.
Al inicio de 2013 más de 300 políticos españoles estaban imputados en presuntos casos de corrupción que se despliegan por todo el territorio y que afectan sobre todo a las comunidades del arco mediterráneo, con Baleares y la Comunidad Valenciana a la cabeza. Las siguen de cerca otras regiones como Cataluña o Galicia. Además, están en marcha investigaciones sobre la gestión de distintas entidades financieras como Bankia o la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), de cuyos consejos de administración formaban parte diversos políticos.
Los casos de corrupción afectan a todos los niveles de la administración y las investigaciones en marcha salpican tanto a la Corona como a quienes han sido miembros del Gobierno -como el exministro José Blanco o Jaume Matas- o a dirigentes autonómicos y numerosos alcaldes y responsables municipales.
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@Jorcha