Yahoo Finanzas El discutido sueldo de los señores diputados
La polémica está servida. Mientras muchos ciudadanos airados e indignados se manifiestan ante el Congreso de los Diputados pidiendo un cambio de las reglas de juego del sistema político, el PP ha abierto el melón: ¿Deben cobrar los diputados autonómicos un sueldo fijo todos los meses o solo un variable en función de los días en que trabajan? ¿Deben cobrar esa retribución estable solo los diputados nacionales pero no los autonómicos, o ni los unos ni los otros?
Ha sido el partido conservador quien ha puesto sobre la mesa tan espinoso asunto al decidir la presidenta de Castilla La Mancha, a la sazón secretario general del partido, María Dolores de Cospedal, suprimir la retribución fija de los diputados regionales, a los que solo pagará dietas. El objetivo es ahorrar un millón de euros en una institución que gasta ocho millones. La dirigente popular justifica jurídicamente la medida al suprimir el concepto de dedicación exclusiva de las nóminas de los parlamentarios. Políticamente su mensaje es simple: los ciudadanos "necesitan saber que quienes trabajamos en este oficio estamos dispuestos a dar ejemplo".
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Una medida de claro corte populista que persigue al mismo tiempo presionar a otras comunidades para que sigan ese camino de austeridad. También una medida peligrosa porque en el fondo deslegitima o descafeína el sentido de los parlamentos regionales, cuya utilidad, dicho sea de paso, está cada vez más en entredicho, incluso en las comunidades llamadas históricas. Cuestiona la esencia misma del sistema de división de poderes en que se cimenta la democracia tal y como la conocemos, porque si no va a haber parlamentarios dedicados al 100% a esa tarea, su labor de control del poder ejecutivo no podrá desarrollarse de forma eficaz.
Y abre otro frente más peligroso incluso. Si no se reciben casi ingresos por esa labor, ¿quién la va a desempeñar?: solo quien tenga mucho dinero para poder permitírselo, es decir, se dinamita el concepto de representación de la soberanía popular. El PSOE e Izquierda Unida ya han advertido al PP de que ese camino está lleno de curvas.
La poda de las autonomías
Pero no es una iniciativa aislada dentro del PP. La promueve la secretaria general y es un mensaje claro tanto hacia los partidos de la oposición como hacia los poderosos barones que rodean a Mariano Rajoy. Posiblemente, su objetivo es desmontar el entramado administrativo de las autonomías, incluidos los parlamentos. El presidente de la Xunta y el de Madrid ya se han manifestado a favor de reducir el número de diputados regionales.
Algo que ningún político ha reclamado para el Parlamento español. En él los diputados tienen una asignación de 2.813 euros al mes en 14 pagas, aunque este año se les ha suprimido la extra de Navidad. A esa cantidad hay que sumar los complementos que reciben muchos diputados en función del cargo que ocupan dentro del Congreso, en sus grupos, en la Mesa o en comisiones. Además, todos los diputados reciben una cantidad en concepto de dietas, exenta de tributación: 1.823 euros al mes para los diputados elegidos fuera de Madrid, y 870 euros para los elegidos en la circunscripción madrileña. El presupuesto de 2013 ha vuelto a congelar sus sueldos, pero disfrutan de un régimen especial privilegiado para acceder a una pensión pública.
Aunque Amaiur ha presentado una proposición en la que solicita un recorte drástico de los sueldos de los diputados, de forma que el salario base no supere los 1.924 euros mensuales y se rebajen también los complementos, lo cierto es que en los países de nuestro entorno, los parlamentarios ganan bastante más. Sus sueldos doblan con creces los de España y pese a que se han cometido vergonzosos excesos en asuntos como las dietas y gastos, véase el caso del Reino Unido, la institución mantiene su consideración social. A lo mejor el problema en España no es la institución en sí, sino quienes la ocupan.
