Yahoo Finanzas El pueblo francés al que le llovió el dinero del cielo y no sabe que hacer con él
En la pequeña localidad de Arfons, a poco más de 80 kilómetros de Toulouse (Francia), todo va viento en popa, nunca mejor dicho. La planta eólica instalada en 2009 ha convertido este tranquilo y humilde pueblo de sólo 182 habitantes -en el que por no haber no había ni bar ni supermercado-, en uno de los más ricos del país en apenas tres años.
Los ingresos municipales derivados instalación de los molinos de viento, que generan un energía equivalente al consumo de una ciudad de 50.000 habitantes, se han multiplicado por cinco desde los 400.000 euros recaudados en 2009 a los 2,3 millones de euros actuales, según ha explicado el alcalde de la localidad, Alain Couzinié, a los medios británicos BBC y Telegraph.
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Con ese dinero llovido del cielo, los regidores locales compraron un autobús escolar y terreno para ampliar el cementerio. También iniciaron la renovación de alcantarillado y la canalización del agua corriente, además de renovar el parque municipal de tractores y máquinas quitanieves.
Sin embargo, después de todas estas mejoras, se encontraron con un problema: aún les sobraba una ingente cantidad de dinero. Sin saber que hacer con el excedente, el alcalde Couzinié decidió celebrar un referéndum en el que se votaron las ideas propuestas por los vecinos para mejorar el pueblo.
Un súper y un bar
Sorprendentemente, sobre todo en el caso de nuevos ricos, no hubo estridencias. Entre las peticiones aprobadas, la limpieza de los excrementos de paloma, planes para acoger los gatos callejeros y la lucha contra las avispas.
También se destinará parte del presupuesto a embellecer la ciudad con las flores, a la instalación de bancos públicos, a acabar con los baches en la carretera o renovar las cabinas de teléfono. Pero la petición mayoritaria fue la reapertura del bar local, cerrado desde hace años.
“Al principio estaba en contra, pero luego me di cuenta de que el lugar es importante para crear relaciones sociales”, ha reconocido el edil a la BBC. El ayuntamiento ha invertido un millón de euros en comprar y acondicionar los dos edificios que antiguamente habían acogido el hotel-restaurante local.
Además, ya hay planes para abrir varias tiendas, entre ellas un supermercado, para que los habitantes de Arfons ya no tengan que recorrer los 12 kilómetros que les separan de la tienda de alimentación más cercana.
Una lotería
A pesar de que al principio los vecinos no estaban muy convencidos de instalar los molinos de viento, la decisión fue un éxito. “Ha sido como si nos hubiera tocado ”, ha asegurado Baptiste Dubois, natural de Arfons, a la televisión TFI.
La fuerza del viento asegurará el futuro de la localidad por lo menos durante los próximos 20 años, aunque es posible que más tiempo: la UE espera que en 2020 el 20% de la energía que se consuma en Europa provenga de fuentes renovables.
Con esta idea en mente, y por si lo de los molinos falla, el alcalde Couzinié ya está pensando en invertir parte del presupuesto municipal en la creación de un parque de placas fotovoltaicas para sacarle también una buena rentabilidad económica a sus cerca de 300 días de sol al año.
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