El mensajero que llegó a presidente de una aerolínea y la hizo quebrar en menos de cuatro meses
¿Cómo llega un chico de los recados a director de operaciones de una compañía aérea? Haciéndose amigo del dueño. Aunque parezca un chiste, no lo es: antes de convertirse en la mano derecha del propietario de Air Australia Airways, la única experiencia laboral de Damien Vasta era como mensajero en una compañía de transporte urgente y como camarero en Elio's Osteria, el restaurante italiano que su familia tenía en Brisbane (Australia).
Vasta llegó a la aerolínea, entonces conocida como Strategic Airlines, en 2009. Desde su puesto como comercial trabó una rápida amistad con el propietario de la compañía, Michael James, con quien le unían varias aficiones comunes, además de contar con una edad similar.
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Su relación era tan cercana que, cuando el 15 de noviembre de 2011, Strategic Airlines relanzó su modelo de negocio y cambió su nombre por el de Air Australia, James cedió a su amigo todo el poder operativo de la compañía, según explica la web de noticias australiana news.com.au.
En solo unos meses, este australiano de 40 años había pasado de repartir paquetes con su furgoneta y preparar pizzas a codearse con los grandes ejecutivos del negocio de las aerolíneas comerciales. Solo cuatro meses después de que Vasta asumiera su nuevo cargo, Air Australia se declaró en quiebra.
La incompetencia, culpable de la quiebra
Los 300 empleados de Air Australia lo tienen claro: denuncian que la incompetencia de Vasta y James ha sido el causante de la suspensión de pagos de la compañía que mantiene a sus ocho aviones en tierra desde mediados de febrero.
La compañía ha dejado tirados a los más de 100.000 pasajeros que ya tenían comprados sus billetes para volar a Bali, Honolulu (Hawaii, EEUU) o Phuket (Tailandia), y que ahora estudian cómo recuperar su dinero.