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¿A dónde va a parar el dinero que pagamos por el recibo de la luz?

¿Sabías que menos del 45% de lo que pagas mensualmente por el recibo de la luz va destinado a pagar la electricidad que realmente has consumido? Es decir, si los hogares españoles pagan una media de 61 euros mensuales por el servicio, solo 27,2 euros corresponden a la energía real que hemos utilizado, junto a su transporte y distribución.

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El resto sirve para pagar impuestos, subvenciones, amortizaciones y otros costes, según se puede apreciar en la calculadora de consumo disponible en la página web de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA). El cálculo que se establece es para clientes con tarifa de último recurso (TUR), la más habitual en los hogares de nuestro país.

Esta útil herramienta nos revela que, además de la electricidad, los sufridos usuarios pagamos cerca de un 23% de impuestos: 18% de IVA y un 4,864% del denominado impuesto de electricidad.

Impuestos y más impuestos
De acuerdo con lo establecido en la Exposición de Motivos de la Ley 66/1997, la creación del Impuesto sobre la Electricidad tuvo como objetivo básico la obtención de los ingresos necesarios para compensar la supresión del recargo sobre la facturación de energía eléctrica, en concepto de ayudas a la minería del carbón, que estuvo en vigor hasta el 31 de diciembre de 1997 y que representaba el 4,864% de la misma.

Otra de las grandes partidas que abonamos en el recibo de la luz son las subvenciones, a las que corresponde un 19,7% del importe. Según reza en la web de UNESA, se trata de una prima que pagamos para compensar a los productores por generar energía con instalaciones eólicas y fotovoltaicas, "entre dos y 10 veces más costosas" que las plantas tradicionales.

El dichoso 'déficit tarifario'

El último de los grandes costes del recibo eléctrico, al que le corresponde el 8,4% del importe de la factura, es la amortización del llamado déficit tarifario. El sector eléctrico acumula un déficit de 24.000 millones de euros que no es sino otra factura aplazada y que hay que pagar a las compañías.

UNESA justifica que "desde hace unos años los sucesivos gobiernos han preferido endeudar a los consumidores de electricidad en lugar de adecuar las tarifas eléctricas a los costes reales del suministro", de ahí el gigantesco agujero. Pues bien, a amortizar esa deuda destinamos unos 5,1 euros de cada 61 que pagamos para cubrir un coste anual aproximado de 2.200 millones por la deuda acumulada.