Cuidado con los servicios de la luz y el gas
Es imposible pasar una semana sin cruzarse con algún titular en la prensa que haga referencia a las denuncias de las asociaciones de consumidores contra las compañías eléctricas y de gas, el fracaso de los productos milagro de ahorro energético o las estafas de falsos técnicos que fingen hacer una revisión obligatoria a cambio de hasta 200 euros.
Lo cierto es que desde la liberalización del sector energético las quejas de los usuarios relativas a las empresas que distribuyen estos servicios no han dejado de crecer. En los últimos años, la Unión de Consumidores de España (UCE) ha venido detectando un importante aumento de quejas de usuarios que han recibido facturas de electricidad y gas irregularmente elevadas, muy por encima del consumo habitual en sus hogares, debido a la desaparición de la tarifa integral.
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Los usuarios también se quejan de la constante visita de supuestos comerciales de las compañías energéticas ofreciéndoles servicios como seguros de mantenimiento o cambios de compañía a cambio de descuentos que nunca se producen.
Otros españoles, hartos de la constante subida de los recibos mensuales, apuestan por los productos milagro que aseguran ahorros energéticos de hasta un 25%. Los foros de Internet están llenos de ciudadanos que se quejan de estos artilugios en los que han invertido un buen dinero y que no les han proporcionado el ahorro prometido.
Estafadores con uniforme
Sin embargo, la más sangrante de estas quejas, y la que está cada vez más en aumento, es la de los llamados 'estafadores del gas', falsos técnicos de revisión que cobran a los usuarios por realizar una tarea para la que no tienen licencia ni están cualificados.
Según denuncia el blog 'Luz de luna', son una red organizada de delincuentes dirigidos por empresas legales que se dedican a engañar a inmigrantes y ancianos. Se presentan como revisor del gas, fingen hacer su tarea y cobran sobre la marcha entre 50 y 200 euros, el 60% para la empresa que les da cobertura y el 40% para ellos. Así que, ten cuidado de a quién abres la puerta de casa.