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Cuatro errores que te pueden costar el puesto de trabajo

Durante cada uno de los 365 días de 2011, aproximadamente 1.580 españoles perdieron su empleo, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Por eso, con más de cinco millones de españoles en busca de trabajo, la idea de ser despedido, cuando menos, intimida.

De hecho, una reciente encuesta publicada por Randstad revela que un 41% de los trabajadores de nuestro país tiene miedo a perder su empleo, lo que nos sitúa a la cabeza de Europa.

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En la actual coyuntura económico-laboral no basta con cumplir en el trabajo. Ni siquiera hacer horas extras es suficiente. Además de por las ya consabidas causas económicas, el despido puede llegar por otras razones más banales, como ser un empleado arrogante o 'invisible' ante los ojos del jefe.

Enfrentarse a los superiores, provocar conflictos entre los compañeros o faltar en exceso al trabajo —ya sea justificada o injustificadamente— pueden colocarnos al borde de firmar el finiquito. Para evitarlo, te revelamos los cuatro errores más comunes que pueden costarte tu puesto de trabajo:

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1.- Eternamente enfermo
Es necesario tomar días de descanso cuando la salud lo demanda, pero si optas por faltar demasiado, y además coincide que es en las épocas del año de más trabajo, puede resultar sospechoso y dar a entender al jefe que te estás escaqueando.

Aunque con la actual situación económica se ha reducido en un 30% el número de bajas laborales por enfermedad, estas todavía representan el 65% del absentismo total. El descenso de las horas perdidas por enfermedad es atribuido por los expertos a un comportamiento más responsable de los trabajadores ante una crisis tan aguda como la actual.

Más de la mitad de las personas que sufrieron una enfermedad profesional en 2011 siguió yendo a trabajar, según un estudio publicado por el sindicato UGT. La crisis ha provocado que, por primera vez en España, la mayoría de los trabajadores enfermos no se coja la baja.

Y es que, según la legislación actual, las faltas no pueden alcanzar el 20% de las jornadas hábiles dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos, aun cuando estén justificadas.

2.- Empleado 'anónimo'
Las personas que evitan hablar con sus compañeros, huyen de los reuniones extralaborales con la gente del equipo, comen solos y detestan reunirse con sus superiores, difícilmente entraran en la terna de candidatos para un puesto estratégico, y podrían ser los primeros en salir cuando lleguen los recortes. No es suficiente trabajar duro, quedarse hasta tarde y ser bueno, hay que jugar en un equipo.

3.- Creerse 'irremplazable'
Es importante "vender" tu talento para ocupar un puesto, pero hay una diferencia entre promoverse y sentir que eres el único con ideas atractivas en la organización. La falta de humildad puede sumarte puntos para ser despedido. Tenemos que adaptarnos a la empresa, no pretender que la empresa se adapte a nuestra forma de ser y de trabajar.

En este sentido, uno de los principales errores es el de sentirse "irremplazable". Hay quienes desafían o no prestan atención a las indicaciones del jefe, por considerarse que son los únicos en hacer ciertas funciones y, por ello, no prescindirán de sus servicios. La realidad suele ser muy distinta.

El despido disciplinario es una herramienta que tienen los empresarios para lidiar con trabajadores conflictivos. La desobediencia, las ofensas verbales o físicas, además de la disminución continuada y voluntaria en el rendimiento en el trabajo normal son motivo suficiente para justificar legalmente una salida.

4.- Rehuir el compromiso
Es imposible ser un empleado estrella todo el tiempo, en el trabajo se comenten errores, el problema es que algunos trabajadores tienden a no admitir sus fallos y, peor aún, culpan a otros de su mal desempeño. Eso resta credibilidad y profesionalismo al empleado.

Otro elemento a cuidar es la fidelidad y el esfuerzo, a nadie le gusta que un amigo lo abandone ante una dificultad. Aplicado al terreno laboral, las empresas buscan empleados comprometidos que lo le den la espalda en momentos difíciles como el actual.

De hecho, seis de cada diez trabajadores españoles alargan voluntariamente su jornada laboral, según una encuesta realizada por Randstad. No estar entre los empleados capaces de hacer un esfuerzo extra para salir adelante nos colocaría en la lista negra de posibles despidos.