Ikea monta el primer peaje donde se cobra en vez de pagar
Los peajes, por norma general, son odiados por los ciudadanos. Este sentimiento tan extendido se ve incluso agravado en Cataluña, donde muchas carreteras funcionan con este medio de financiación. ¿Es posible poner un nuevo peaje en esta Comunidad Autónoma y generar el efecto contrario?
[Te puede interesar: Montar un mueble de Ikea tiene premio: encontrar trabajo]
Ikea ha demostrado que sí, gracias a una original campaña de street marketing con motivo de la reciente apertura de su tienda en Sabadell. La compañía contó con la ayuda de la agencia La Despensa para lanzar los llamados PEÅJËN, unas barreras al estilo sueco que alegran a quienes las cruzan en vez de frustrarles.
Estas garitas que se colocaron en distintos puntos de la ciudad escondían una sorpresa a los clientes. Aquellos que pasaran por el peaje, en vez de tener que pagar, recibían un incentivo. Concretamente, un vale de 5 euros que se podía canjear en la tienda Ikea recientemente abierta.
La acción permitió a la compañía sueca despertar una sonrisa en su potencial clientela, generar tráfico al punto de venta y combatir con ingenio una frase arraigada entre la población: "en Cataluña hay muchos peajes y pocas tiendas Ikea”.
Curiosamente, no es la primera vez que Ikea realiza una acción promocional relacionada con los peajes. En 2011 lanzaron una campaña a través de la cual pagaban el coste de este tributo a aquellos clientes que acudieran a la tienda en coche desde localidades lejanas. Como era de esperar, fue todo un éxito.
Ikea felicita la Navidad con un flashmob
El flashmob es un recurso que ya se ha repetido hasta la saciedad en acciones publicitarias, pero que aún conserva el poder de sorprender si se hace bien. La prueba está en que Ikea ha elegido este formato para impactar a los ciudadanos de Estocolmo durante esta Navidad.
Para ello realizaron un concierto callejero con la apariencia de ser improvisado, en el cual varias personas tocaban un villancico empleando material de cocina de Ikea. Poco a poco se sumaban participantes, aportando cacerolas, sartenes e incluso paneras. El resultado es aceptable, pero queda lejos de otras acciones creativas realizadas por la compañía como la tienda más pequeña del mundo.