Sergio Morate fue detenido en la casa de un expreso rumano que conoció cuando cumplía condena
Los agentes entran a toda prisa en el edificio donde se esconde Sergio Morate. A la izquierda, un agente indica a sus compañeros que suban las escaleras. Es una operación de alto riesgo. Llevan chalecos y pasamontañas. La Policía accede a una galería exterior. La puerta está abierta. Una cortina tapa la entrada al domicilio. El agente la levanta y al fondo, sentado en la cama, sorprenden a Sergio Morate. Al segundo, se tira al suelo. Coincide con la descripción dada de sus últimos días: calvo y con barba de pocos días. No es el único detenido. Son tres. Salen esposados, cada uno acompañado por un agente. Sergio Morate es el que va delante. Son conducidos al vehículo de la Policía Rumana y después trasladados a esta comisaría de Timisoara, en Rumanía, donde han pasado la noche. Sergio Morate y su cómplice, un joven de 27 años acusado de alojarle. El tercer detenido, finalmente ha sido puesto en libertad. La Policía Rumana cree que nada tenía que ver con el caso. -Redacción-