Los bomberos se centran en labores de mantenimiento durante la noche
Al atardecer esta densa humareda se alzaba sobre el mayor cementerio de caucho de Europa. Una nube que dificultaba el trabajo de los helicópteros que trataban de mitigar el fuego, en el que ardían miles de toneladas de neumáticos. El ir y venir de los vehículos también era incesante, incluso en la zona del tendido eléctrico alcanzado por las llamas. Los medios aéreos aprovechaban la luz, porque su labor se interrumpía al caer la noche. Durante esas horas nocturnas el trabajo ha recaído en las cuatro dotaciones de bomberos de Madrid y Castilla La Mancha, que han desarrollado labores de mantenimiento en dos lados. Los efectivos madrileños han removido materiales para apagar los rescoldos. También han echado agua, pero de manera progresiva. El objetivo era evitar la extensión de la columna de humo y conseguir que las llamas se fueran apagando poco a poco.