Las primeras estimaciones apuntan a que el fuego ha calcinado más de dos mil hectáreas
Cuesta imaginar que el cementerio de árboles, la montaña de cenizas que los vecinos recorren desolados, fuese hace tan sólo unos días un bosque de alcornoques, pinos, olivos y almendros de enorme valor ecológico. Llevaban tiempo reivindicando que la sierra de Lújar, en Granada se declarara parque natural, pero ahora ese sueño se ha desvanecido. La mayoría de los que disfrutaban de este regalo de la naturaleza no volverán a contemplar su esplendor. Porque las llamas han devorado cerca de dos mil hectáreas, pero podrían ser más. Aún no hay un recuento oficial. Las llamas han devorado casas de madera, cortijos, fincas y muchos invernaderos. Sus cultivos han quedado destrozados. Enrique pudo salvar sus ovejas justo a tiempo. Gracias a la ayuda de familiares y de los bomberos su granja no se ha calcinado. Pendientes ahora de evaluar los daños y de investigar la causa del incendio, la hipótesis que más fuerza cobra es la de que el fuego se produjo por una chispa del tendido eléctrico.