Julio espera a Atenas con 7.000 millones de pagos financieros y con los préstamos cancelados

Julio volverá a ser un mes crucial para saber si Grecia puede cumplir con sus pagos o se declara definitivamente en bancarrota. Tras el impago técnico el martes al Fondo Monetario Internacional (FMI) de más de 1.500 millones de euros, este mes todavía se presenta más complicado si no hay acuerdo de prolongación o para un tercer rescate. De hecho, sus actuales acreedores son fundamentalmente públicos. “Alemanes y europeos, pero principalmente los alemanes han rescatado a Grecia”, afirma el presidente de la consultora financiera Sonecom y ex subsecretario demócrata de Comercio estadounidense, Robert Shapiro. “Sus contribuyentes están cansados de restacar a todo el mundo. Un Estado fallido dentro de la eurozona enviaría un mensaje a los otros miembros de que tienen que ser más consecuentes con sus actos. Jugar así es peligroso”. Concretamente, el mayor pago de julio es el de 3.500 millones de euros al Banco Central Europeo (BCE). Además, Atenas tiene que devolver 3.000 millones en letras a corto plazo que está en posesión sobre todo de bancos griegos. Y quedan otros 450 millones al FMI. En total, unos 7.000 millones. Se hace difícil pensar cómo el actual Gobierno podrá asumir estos pagos. Además, el sistema financiero del país puede acabarse de colapsar si el BCE retirar su actual ayuda de urgencia a los bancos. Con el actual impago técnico, Grecia ya pierde 16.000 millones del FMI. Y, con la no prolongación del rescate, otros 12.000 millones de Europa.