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Iter, uno de los mayores proyectos científicos del planeta

Estamos en Cadarache, en el sur de Francia. Este es el lugar en el que 34 países que suman la mitad de la población mundial han querido unir sus fuerzas para llevar a cabo uno de los mayores proyectos científicos del planeta: producir energía siguiendo el mismo procedimiento que el sol. Este proyecto de fusión nuclear, más conocido como Iter, tiene como objetivo demostrar que existen otros reactores capaces de producir cantidades ilimitadas de energía a partir de la fusión atómica. “Estamos en el corazón del futuro reactor de fusión nuclear. El reactor pesará tres veces la Torre Eiffel y estará situado en un área tan grande como 60 campos de fútbol”, explica Claudio Rocco, de euronews. Para que la fusión se produzca, un gas que contiene átomos ligeros de hidrógeno se calienta hasta alcanzar las altas presiones y temperaturas que existen en el centro del sol. Para alcanzar esas temperaturas varios campos magnéticos han sido creados. La fusión se produce entre dos isótopos de hidrógeno: deuterio y tritio. El director general de Iter, Bernard Bigot, asegura que este proyecto será capaz de resolver el gran problema de la producción de energía en nuestro planeta. ¿Cuáles son las ventajas de la energía producida por la fusión nuclear en general y en particular respecto a la fisión nuclear?, pregunta Claudio Rocco. “La ventaja más importante es la que se refiere al combustible. El combustible es el hidrógeno, un elemento muy abundante en la naturaleza. Podemos encontrarlo en el mar o en el agua de los lagos. Se trata de una fuente casi inagotable, seguirá existiendo dentro de millones de años. Otra ventaja es la gestión de los residuos. Hay algunos desechos radiactivos, desechos que desaparecerán en apenas unos siglos en comparación con los millones de años durante los que seguirán activos los desechos de la fisión”, asegura Bigot. Bernard Bigot afirma que, en caso de que hubiese algún problema, la fusión nuclear puede ser interrumpida muy fácilmente. No ocurre lo mismo con la fisión. A pesar de poder detener también este procedimiento, varias toneladas de peligroso fuel nuclear seguirían liberando energía. En una oficina varios ingenieros han colocado ya virtualmente los diferentes componentes de los reactores nucleares en su lugar. Algunos de estos componentes han sido realizados en Japón, Corea del Sur, Rusia, China o Estados Unidos. Todos deben ser ensamblados perfectamente. Pero el proyecto Iter debe hacer frente a varios problemas como el del tritio, un elemento radiactivo de corta duración. El problema surge cuando es liberado por accidente. “Si se produjese un accidente… ¿Qué tipo de accidente? Una fuga debido a que el recinto no está cerrado herméticamente. Entonces esta materia, que es un gas, se liberaría en la naturaleza. Las cantidades liberadas serían cantidades que no afectarían a la población ya que ésta podría seguir adelante con su actividad sin mayor problema”, explica Bigot. Esta es la razón por la cual un ingeniero está diseñando un tubo especial para el tritio. Un tubo que, en caso de accidente, aspiraría el peligroso elemento. Otro problema de este proyecto es su enorme coste: 16 000 millones de euros, es decir, tres veces más de lo estimado en 2006. “El problema no es el coste de la inversión inicial sino la cantidad de energía que se producirá después. Honestamente creo que, incluso al precio del que usted ha hablado, que es impresionante, esta inversión estará justificada ya que se producirá muchísima energía durante un muy largo periodo de tiempo”, asegura Bigot. En una pantalla de realidad virtual, los componentes del proyecto están siendo analizados con mucho cuidado ya que se está simulando el momento en el que empezarán a funcionar. El proyecto Iter es por ahora solo un sueño. Un sueño que podría no hacerse realidad pero en el que ya creen firmemente Bernard Bigot y todo su equipo.