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Entre un 20 y un 30% de los delitos sexuales se producen por medio de la sumisión química

Las sustancias que intervienen en la sumisión de manera más frecuente son el alcohol etílico, las benzodiacepinas y ciertas drogas de abuso. Sus efectos van desde la desinhibición a la sedación y a la amnesia, pudiendo provocar también alucinaciones. el 70% de los casos de sumisión química se produce en menores de 30 años y el grupo de mayor riesgo es el de mujeres entre 15-19 años. El perfil tipo es el de una mujer joven que ha consumido 1-2 bebidas alcohólicas, que pierde la conciencia y despierta varias horas después en un lugar desconocido con signos o sospechas de haber mantenido relaciones sexuales no consentidas y que se demora alrededor de unas 20 horas en acudir a la Policía o al centro hospitalario teniendo sentimientos de culpabilidad o vergüenza. La complejidad de elaborar una estadística sobre este fenómeno radica, por un lado, en la dificultad para diagnosticar como sumisión química aquellos casos que llegan al hospital con indicadores de sospecha, la falta de colaboración de la víctima debido a los efectos del tóxico y el hecho de que apenas se denuncia el 20% de los casos. Además, existe otro obstáculo en la investigación de estas prácticas: la tardanza en la denuncia. De hecho, la demora en acudir a un centro médico por parte de la víctima para que se practique la recogida de muestras biológicas, es inversamente proporcional a las posibilidades de detectar las sustancias implicadas en casos de sumisión química.