El primer ministro socialista aprueba su polémica reforma laboral sin someterla a la Asamblea Nacional

Han quemado las calles de París, han pintado los escudos de la policía...Han protestado una y otra vez, y hasta se han indignado, por una ley que atenta contra los intocables derechos laborales franceses. Pero como no ha podido pactar por las buenas, el Gobierno de Francia ha decidido imponer su ley laboral por las malas. El primer ministro Valls ha anunciado que la polémica ley se aprobará por decreto. Se vuelve a encender la mecha de la rebelión porque en la calle las protestas llevan meses calentando el asfalto: estudiantes y sindicalistas en contra de que sea más barato y fácil despedir, que las horas extraordinarias se paguen sólo el 10% más que las ordinarias, o que la sagrada jornada francesa de las 35 horas, muera para siempre. Una reforma muy al estilo de la que hizo en España el PP, pero con la diferencia de que allí la ha servido en bandeja un Gobierno socialista. -Redacción-