Derriban su propia vivienda para abaratar costes
Familiares y amigos asisten impotentes, desde el perímetro marcado por la policía, al derribo de la casa de Luis. Él no sólo se ha resignado a la demolición, sino que él mismo la ha contratado para que los costes fueran menores que si se hubiese encargado la Xunta. La construcción estaba a menos de 100 metros del mar y por tanto incumplía la ley de costas. El problema en esta parroquia coruñesa es que de un total de 80 casas, sólo 6 tienen licencia. El ayuntamiento solicita que la población sea reconocida como núcleo rural, pero los vecinos ven cómo pasa el tiempo y la solución no llega. Saben que, con la ley en la mano, la pala podría regresar en breve. -Redacción-