Yahoo Finanzas La codiciada bebida que ha desatado una lucha sin cuartel entre grandes empresas
Jaime Quirós – Vamos a comprar al supermercado y vemos muchos alimentos. De vez en cuando aparecen nuevos productos, pero al final son casi siempre los mismos. De hecho, las empresas se piensan muchísimo invertir en determinados tipos de artículos porque saben que están prácticamente condenados al fracaso y a no recuperar la inversión.
Un ejemplo pueden ser las bebidas de cola, dónde a corto y medio plazo nadie puede hacer tambalearse lo más mínimo a Coca Cola y Pepsi. Otro buen ejemplo es el de los polvos de cacao, donde Colacao y Nesquik son los amos. Hoy en día, en mercados tan saturados de productos, es extremadamente difícil encontrar espacio donde colocar algo que vender. La clave es encontrar nichos de mercado pequeños.
Pues existen unos polvos que no tienen competidores directos y parece que pueden encontrar un “supernicho”. Uno de los mayores de los últimos años. Se trata de los Horlicks, inventados en Wisconsin a finales del siglo XIX, que se han convertido en el objeto de deseo de compañías tan poderosas como Coca Cola (KO) Nestlé (NSRGY) o Kellogg’s (K) porque son nutritivos y ayudan a dormir bien y, lo más importante, nadie los ha explotado a nivel mundial.
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Tal y como cuenta El Confidencial, el producto que se obtiene es una leche malteada elaborada a partir de cebada y enriquecida con vitaminas y minerales, es decir, un producto que se percibe como saludable. La propietaria de la marca es la farmacéutica británica Glaxo (GSK) y es una de las joyas de su línea de alimentación sana denominada Healthcare. El producto arrasa en la India, donde es extremadamente popular. Es tal la fiebre por la materia prima del brebaje que se estima que su compra puede salir por 4.000 millones de euros (unos 4.600 millones de dólares) a la empresa que más puje por ellos.
Pese a que puede ser genial que productos como los Horlicks triunfen porque sean sanos y buenos para la salud, habría que pensar si actuamos con lógica o sólo nos dejamos llevar por modas temporales. ¿La inversión de las empresas responde a que estamos realmente concienciados con consumos responsables y sanos?, ¿o nos movemos simplemente por impulsos y por seguir lo que hace nuestro vecino? Ahí está la clave.
Puede ser que las grandes compañías estén aprovechando la actual moda por el fitness y el cuidado en la alimentación, y su intención es simplemente vender un producto que no aporta gran cosa a nuestro organismo, pero gracias al marketing creemos que sí. O puede que realmente también estén comprometidas y los productos sean fantásticos “superalimentos”. Nunca se puede saber. Así que tendremos que hacer lo que nos va pareciendo en cada momento. Al menos en lo que a salud mental respecta, hacer lo que nos da la gana es lo más sano del mundo.
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