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Una enorme contradicción pone a todo el mundo en desacuerdo en el mercado bursátil

<em>El corredor Frank O’Connell trabaja en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York el viernes 17 de febrero de 2017. Foto: Richard Drew (AP)</em>
El corredor Frank O’Connell trabaja en el piso de la Bolsa de Valores de Nueva York el viernes 17 de febrero de 2017. Foto: Richard Drew (AP)

El mercado bursátil estadounidense (^GSPC) continúa marcando nuevos máximos históricos. Existe una explicación bastante extendida según la cual esta tendencia se debería a las promesas del presidente estadounidense Donald Trump en relación a la aplicación de medidas de reducción de impuestos y desregulación, algo que compensaría sobradamente los aspectos negativos derivados de su retórica proteccionista en lo referido al comercio.

Sin embargo, los analistas del mercado de valores de Wall Street aún no han actualizado sus pronósticos de ganancias para 2017 desde esta perspectiva política optimista. De hecho, desde la elección de Trump, los analistas no han hecho otra cosa que reducir sus expectativas de ganancias.

Esta contradicción existente entre el aumento del precio de las acciones impulsado por lo que podríamos llamar el “optimismo Trump” y la reducción de las expectativas de ganancias intensificada por lo que podríamos llamar el “escepticismo Trump”, han conducido a unos niveles aterradores a las cotizaciones bursátiles.

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Entonces, ¿qué está pasando?

Todo el mundo es optimista excepto los analistas del mercado bursátil

Los analistas de Goldman Sachs revisaron y actualizaron sus anuncios de previsiones para el primer trimestre y los informes de analistas de empresas del S&P 500, e identificaron cuatro tendencias principales en lo referido a las sensaciones: 1) “Los cuadros dirigentes son optimistas gracias a la posible reforma en el impuesto sobre sociedades, pero les preocupa el polémico impuesto que se quiere gravar en la frontera”; 2) “Las esperanzas de desregulación generalizada y de una mayor claridad con las regulaciones aumentan la confianza de algunos equipos directivos”; 3) “Los directivos de empresas del sector industrial están entusiasmados con la posibilidad de un aumento del gasto en infraestructuras y con el fin del secuestro del presupuesto para defensa”; y 4) “Los puntos de vista de los directivos son diversos en lo referido a si las propuestas de Trump en materia de comercio serán constructivas o si comportarán represalias por parte de los socios comerciales de Estados Unidos”.

Las tres primeras tendencias positivas parecen sobreponerse a la tendencia negativa. Y eso, literalmente, se refleja en un alto grado de optimismo entre los dirigentes empresariales.

“La palabra ‘optimista’ se ha utilizado en el 51% de informes este trimestre, un promedio récord, el más alto en nuestro histórico de datos (desde 2003)”, eso dijo Savita Subramanian del Bank of America Merrill Lynch.

Gráfico que mide el optimismo de las empresas:

Todo este optimismo sobre el futuro ha dado pie a unos precios más altos de las acciones, lo cual tendría mucho sentido, pues las acciones son un mecanismo de descuento.

Entonces, ¿por qué se contienen los analistas?

Lo cierto es que, en realidad, ninguna de las políticas comerciales de Trump se ha convertido en ley. Es más, es poco probable que la promulgación de una ley produzca efectos materiales hasta pasado un tiempo.

“La nueva administración estadounidense y la mayoría republicana en el Congreso tienen planes de llevar a cabo una audaz reforma del sistema fiscal en Estados Unidos, pero parece que hay pocas probabilidades de que la mayor parte de estas medidas sean aprobadas antes de mediados de año”, dijo Jan Loeys de JPMorgan el pasado viernes. “La desregulación también tardará bastante tiempo en ejercer un impacto real. Por tanto, si bien será positivo, no creemos que esto se refleje pronto en los datos o en las ganancias”.

“Nos acercamos a un punto de máximo optimismo respecto a las iniciativas políticas”, dijo David Kostin de Goldman Sachs. “Nuestro equipo económico para Estados Unidos cree que no habrá paquete de reformas fiscales hasta finales de 2017 o principios de 2018. Aun así, este panorama favorable para los beneficios empresariales se verá limitado por la falta de voluntad de ciertos congresistas republicanos para ampliar de forma significativa el déficit presupuestario a nivel federal”.

También vale la pena señalar que los analistas cuentan con un largo historial de excesos de optimismo precipitado en sus pronósticos de crecimiento de las ganancias.

“Las revisiones con tendencia alcista en las estimaciones de la suma de beneficios por acción (BPA) de las empresas del S&P 500 se dan muy rara vez: durante los últimos 33 años, las estimaciones generales de los BPA solo se han revisado al alza seis veces desde su comienzo”, observó Kostin.

Gráfico que muestra la evolución de las previsiones sobre los beneficios empresariales:

<em>Las estimaciones de los beneficios por acción de las empresas no mejoran. Más bien, empeoran.</em>
Las estimaciones de los beneficios por acción de las empresas no mejoran. Más bien, empeoran.

Y de esta forma, vemos como la historia se repite con los analistas estando de acuerdo en reducir las expectativas de sus pronósticos de ganancias.

“No resulta raro que las estimaciones sean decrecientes durante el primer trimestre de un ciclo anual”, esto dijo Lori Calvasina de Credit Suisse. “Pero si persiste esta tendencia, es probable que se presente un desafío para los mercados de valores, a la vista de lo extremadamente altas que están las valoraciones y las expectativas para las revisiones al alza de este año”.

De hecho, la valoración a futuro de las acciones, medida por el ratio precio/beneficio, ya es tan alta que uno podría decir que “con este escenario, perseguir la recuperación del mercado es como recoger céntimos del suelo frente a una apisonadora”.

“El actual ratio P/B de 17,6 estimado para los próximos 12 meses está por encima de los cuatro promedios históricos más recientes: 5 años (15,2), 10 años (14,4), 15 años (15,2) y 20 años (17,2)”, así lo observó John Butters de FactSet el pasado viernes. “De hecho, esta semana fue la primera vez que el ratio P/B para los próximos 12 meses ha sido igual (o mayor) a 17,6 desde el 23 de junio de 2004. En esa fecha, el S&P 500 cerró a 1.144,06 y la estimación de los BPA para los próximos 12 meses fue de 65,14 dólares”.

Aunque hay un sector de analistas por ahí que no están prestando mucha atención a estas valoraciones elevadas, pues están convencidos de que las promesas políticas de Trump finalmente redoblarán las expectativas de ganancias.

Los optimistas de Wall Street miran hacia el futuro

“Una advertencia en positivo: la trayectoria esperada de ganancias proyectada más arriba se basa únicamente en una combinación de bajadas de impuestos, reformas regulatorias y gastos en infraestructuras”, comentó Liz Ann de Schwab el jueves pasado. “Cualquier medida que se implemente en esos frentes este año probablemente hará que los analistas aumenten sus expectativas de ganancias para 2017”.

Ciertamente conocer bien los grandes riesgos que rondan por ahí ayuda. Y cuando los riesgos resultan exagerados, los alcistas sostienen que es momento de ser optimista.

“Seguimos siendo constructivos con las acciones globales y no esperamos ninguna corrección significativa”, eso dijo Loeys de JPMorgan. “La política estadounidense y las próximas elecciones presidenciales francesas continúan siendo los mayores riesgos, pero no creemos que la cotización de los mercados se haya visto afectada demasiado por la desregulación y la bajada de impuestos, ya que los pronósticos generales de ganancias en Estados Unidos bajaron sus expectativas tras el 8 de noviembre en lugar de mejorar, lo cual podría implicar una cotización más alta”.

En este ambiente de creciente incertidumbre, por supuesto, abunda la duda. No obstante, en muchos momentos de la historia que se revelaron como llenos de oportunidades de compra a largo plazo, los mercados podrían ser caracterizados de esta forma.

“Hay muchas probabilidades de que el año de sorpresas que supuso 2016, se traslade a 2017”, señaló Brian Belski de BMO Capital el pasado 7 de febrero en una comunicación a sus clientes. “Después de todo, durante los últimos ocho años y pico, los inversores han estado permanentemente intentando superar los obstáculos de lo que llamamos un ‘muro de preocupaciones’. La duda, el miedo y los juicios apresurados han dado pie a diagnosticar el fin de la tendencia alcista del mercado. ¿Esto les suena a algo? En otras palabras, es probable que este mismo muro de las preocupaciones también se aplique a la administración Trump, quizás tanto en sentido figurado como literal”.

Sam Ro
Editor jefe
Yahoo Finance