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Así funcionan las cloacas de la pornografía ilegal en Internet

Internet tiene varias capas. Una de ellas es la que todos utilizamos, en la que están Google, Yahoo, Facebook, Amazon, Twitter, las páginas de medios de comunicación… Otra sería la que engloba las conexiones entre dispositivos, entre aparatos que están conectados a la Red pero que no tienen contacto con humanos, sino entre máquinas. Las conexiones militares tienen su propio nivel. Y luego estaría la Deep Web, un lugar ‘salvaje’ que no se rige por las normas del Internet que todos conocemos y usamos. Sus páginas ni siquiera aparecen indexadas por los principales navegadores. Está completamente por debajo del radar.

Por ejemplo, para entrar en la Deep Web no se puede utilizar un navegador estándar. Para hacerlo, hay que descargarse uno especial, como por ejemplo Tor. Y para entrar en esas páginas no basta con escribir la dirección en el navegador: su naturaleza es tan esquiva que muchas veces hay que conocer la clave adecuada -que va cambiando- para poder abrirla. O utilizar un directorio como Hidden Wiki que esté supervisado por otros usuarios expertos que vayan actualizando las la URL de las páginas según vayan cambiando.

Un iceberg (Wikimedia Commons)
Un iceberg (Wikimedia Commons)

Pero, ¿por qué tanto secretismo? Los que hayan entrado en la deep web y se hayan dado una vuelta entenderán en seguida el motivo de tanto oscurantismo. En sus páginas se pueden adquirir todo tipo de sustancias, desde medicamentos prohibidos en Europa hasta drogas, pasando por explosivos, armas y documentación falsa. También hay servicios de robos de identidades y de contraseñas. Existen ofertas de hackers que ofrecen un trabajo personalizado: si quieres espiar a alguien, puedes contratarlos y conocer el contenido de su bandeja de entrada, por ejemplo.

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También abunda la pornografía más extrema e ilegal. Como la protagonizada por menores. Mucha de ella está almacenada en el servidor Freedom Hosting, un lugar que fue infectado por malware por agentes del FBI para que cualquier usuario que viera este tipo de contenido inmoral quedara marcado virtualmente y fuera localizado por las autoridades.

Ante este ataque, los gestores de Freedom Hosting decidieron clonar todo el contenido y duplicarlo en un segundo servidor. Pero este movimiento ha sido neutralizado por un hacker que ha decidido atacar este lugar e impedir el acceso a todos aquellos que busquen este tipo de material infecto.

El hacker vengador ha declarado en la web Motherboard que encontró más de 30 GB de pornografía infantil, pertenecientes a más de 10.000 páginas web. Según él, el administrador del servidor conocía perfectamente la naturaleza de estas webs, por lo que decidió bloquear el acceso. La caída de este servicio ha ocasionado la pérdida del 20% de todo el tráfico de la Deep Web, según informa el mismo medio.

Además de hackear el acceso, el experto también asegura haber guardado una copia de todo el contenido pedófilo, con intención de dárselo a la Policía. No todo iba a ser ilegal en la Deep Web.