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Por qué las teorías de la conspiración pueden hacer que la vacuna no suponga el fin del coronavirus

La rápida expansión del coronavirus por todo el planeta ha tenido un fuerte impacto en las sociedades de todo el mundo. A día 8 de julio el número de casos supera los 11,5 millones, mientras que los fallecimientos están por encima del medio millón. Una nueva realidad en la que la economía, la salud o por supuesto la rutina diaria de millones de personas han cambiado de manera radical en apenas unos meses.

Los expertos señalan que, a la espera de una vacuna, la única forma de ir controlando los brotes es la distancia social, el uso de mascarillas y el mantenimiento de la higiene. Pero hay otro gran problema que amenaza la eliminación del virus: la proliferación de teorías de la conspiración que están provocando que un importante porcentaje de la población en países como Reino Unido o Estados Unidos rechacen la vacunación. Una circunstancia que podría hacer que el COVID-19 nunca terminara de desaparecer.

Protestas antivacunas en Estados Unidos. (Photo by David McNew/Getty Images)
Protestas antivacunas en Estados Unidos. (Photo by David McNew/Getty Images)

Los científicos de todo el mundo consideran que aproximadamente el 82% de la población mundial debería estar vacunada para que esta medida sea exitosa. Las encuestas, sin embargo, apuntan que tanto en territorio británico como en el estadounidense hay una gran oposición a esta solución, la única efectiva para terminar con el coronavirus.

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En Reino Unido, un sondeo realizado por YouGov ha mostrado que un tercio de los habitantes podría rechazar la vacuna del coronavirus. Un 16% se muestra seguro de que no se la pondrá, mientras que un 15% no está seguro.

Unos datos similares a los que se revelaron a mediados de junio en Estados Unidos. Tal y como reportó Newsweek, el 35% de los encuestados indicaron estar decididos o muy inclinados a no ponerse una vacuna contra el virus.

Cabe recordar que ambos países han sido de los más afectados por la enfermedad y suman juntos más de 3 millones de casos y cerca de 200.000 muertes. En el caso estadounidense además, el hecho de que no se haya ordenado el confinamiento en todo el país ha provocado que los contagios no hayan decaído en ningún momento.

El número de contagios sigue aumentando en Estados Unidos (Worldometers.info).
El número de contagios sigue aumentando en Estados Unidos (Worldometers.info).

Pese a que la comunidad científica insiste en la importancia de las vacunas, la razón principal por la que hay tanto rechazo social tiene que ver con la propagación de teorías de la conspiración que llegan a capas amplias de la población.

Son varias las que han proliferado. Una de las más comentadas es que Bill Gates (fundador de Microsoft) creó el coronavirus, pero no ha sido la única. Otras destacadas incluyen que las vacunas de cualquier otra dolencia causan coronavirus o que las pruebas para detectar el COVID-19 han dañado la fertilidad de las mujeres.

Bulos sin ningún tipo de fundamento científico que están presentes en las redes sociales y a los que tiene acceso mucha gente. Los datos muestran que desde el brote de coronavirus ha habido unas 7 millones de páginas webs y canales en redes sociales en contra de la vacunación contra el virus procedente de Wuhan. Solo en Estados Unidos y Reino Unido estas noticias falsas han alcanzado a 57 millones de personas.

Precisamente una de las conclusiones del estudio de YouGov es que aquellas personas que decían que confiaban más en las redes sociales que en los medios tradicionales para informarse eran mucho más propensas a estar en contra de la vacunación.

Según el Centro para Contrarrestar el Odio Digital, los cambios de opinión de la comunidad científica durante la evolución de la pandemia unidos a las políticas débiles de Facebook, YouTube y Twitter en el control de las teorías antivacunas han provocado que los teóricos de la conspiración difundan sus bulos durante los últimos meses. Conviene recordar también que en suelo estadounidense en 2019 se produjo un brote de sarampión debido al rechazo de muchas familias por vacunar a los niños.

Una mujer se manifiesta en Madrid contra las vacunas y el 5G. (Photo by Marcos del Mazo/LightRocket via Getty Images)
Una mujer se manifiesta en Madrid contra las vacunas y el 5G. (Photo by Marcos del Mazo/LightRocket via Getty Images)

La conspiración del 5G

Los bulos difundidos sobre el coronavirus alcanzan más allá de las vacunas. Uno de los más sonados ha sido el que relaciona la enfermedad con el 5G. Al igual que las anteriores no tiene fundamento ninguno, pero se ha propagado rápidamente.

Dice que esta próxima generación de tecnología inalámbrica que se está implantando en el mundo está alimentando la pandemia de coronavirus a nivel global. Esta noticia falsa empezó a difundirse primero en pequeñas redes en Internet y poco a poco fue llegando a un público más amplio, colándose en el imaginario colectivo.

Una de las supuestas pruebas para corroborar este bulo era que en los lugares en los que se habían instalado más redes 5G eran los más afectados por la pandemia. Sin embargo, la correlación no implica causalidad. La coincidencia ha sido porque el virus se expande más rápidamente en grandes áreas metropolitanas, donde hay más proliferación de gente, y también donde primero se instalan los grandes avances tecnológicos.

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