Yahoo Finanzas Si crees que es Tom Cruise, eres protagonista de un dilema moral
Son tiempos en los que discernir entre realidad y ficción es difícil ya que la tecnología en lo que se refiere a la Inteligencia Artificial (AI) está lo suficientemente avanzada como para hacernos creer algo que no es. Hay quien percibe esta nueva era del llamado deepfake como algo apasionante y hay quien lo ve como una herramienta peligrosa en una sociedad que tiene dificultades para filtrar la desinformación y los bulos.
A simple vista, Tom Cruise es innegablemente Tom Cruise en estos vídeos de TikTok. Al menos el Tom Cruise de su mejor época, porque en la actualidad, a juzgar por su aspecto mientras presenció las últimas ediciones de la Eurocopa y de Wimbledon, la semblanza entre la imagen de la red social y el Tom Cruise verdadero no es tan obvia. Por eso, todos los que, a simple vista, hemos creído que estos vídeos han sido realizados por Tom Cruise, somos protagonistas de un dilema moral de dimensiones estratosféricas pero que hoy por hoy se reduce a la publicidad, a las redes sociales y a, potencialmente, cambiar rumbos electorales. Casi nada.
La cuenta de TikTok ‘deeptomcruise’ nació en febrero y hasta la fecha ha publicado 10 vídeos del actor que han captado la atención de decenas de millones de personas. Detrás de la brillante representación del actor de Misión Imposible hay un artista que se ha ganado el respeto dentro del mundo de los creadores de IA. Chris Ume belga, reside en Bangkok y ha saltado a la fama internacional tras haber demostrado un nivel de intercambio de identidades asombroso.
Para crear una imagen en vídeo casi idéntica a la de Cruise, Ume ha contado con la participación del actor, Miles Fisher, que ha servido como doble de la celebridad. Lo que más ha llamado la atención a los expertos en este área es la perfección del acabado: cómo se pasa jerseys sobre la cara, se pone y se quita las gafas o sombreros sin desvelar pistas sobre la no veracidad del personaje, incluso el que tenga el pelo o se pase la mano sobre la cara es, para los iniciados en este tipo de creaciones visuales, una muestra de excelente optimización del trabajo. Ume no es el único, otros artistas como ‘ctrl shift face’, ‘futuring machine’, ‘deephomage’, ‘dr fakenstein’, ‘the fakening’, ‘shamook’, ‘next face’ o ‘derpfakes’, están revolucionando el mundo de los Deep Fakes.
Somos los usuarios los que alucinamos o nos echamos las manos a la cabeza ante una realidad -ficticia- que despierta muchos interrogantes en un mundo sin regular donde, por ahora, hay cabida para todo. Será por algo que Fisher se ha sentido en la obligación de enviar varios emails a la agencia de representación de Cruise explicando que su trabajo y el de Ume es sólo para explorar y educar sobre esta técnica y se ha comprometido a no utilizar nunca la imagen del actor para promover un producto o una causa. La línea entre lo moral y lo deshonesto es muy fina, porque los límites superan lo terrenal.
En España lo vivimos con el spot publicitario de Lola Flores, para el que sus hijas, Lolita y Rosario, dieron el visto bueno a la agencia de publicidad que realizó el anuncio de Cruzcampo para que resucitaran a la faraona durante un minuto. El marco legal fue claro en cuanto a derechos de imagen y el respeto al honor. También lo fue en un sentido similar con la promoción de la selección de Bélgica de cara a la Eurocopa celebrada este año, donde dos entrenadores del seleccionado ya fallecidos mantuvieron una conversación con el actual seleccionador de los diablos rojos, Roberto Martínez, en otra prueba de la efectividad de los deepfakes. Otra historia es lo que ha sucedido con 'Roadrunner', el recién estrenado documental de Anthony Bourdain, el chef, escritor y presentador estadounidense fallecido en 2018 tras quitarse la vida.
En este caso, el debate se produce en torno a 45 segundos en los que se oye un audio grabado por el protagonista de la cinta, pero que en realidad se trata de una voz generada a través de IA. Una empresa que cuenta con su propio software trabajó con varias horas de audio y acabó siendo capa de imitar “su tono, su cadencia y su inflexión”, tal y como se ha publicado en The New York Times. Una de las citas generadas por la máquina procede de un correo electrónico que Bourdain escribió a su amigo, David Choe.
“Tú tienes éxito y yo también”, expresa la supuesta voz de Bourdain, “y me pregunto: ¿Eres feliz?”.
El debate en las redes sociales surgió a raíz de unas declaraciones de su exmujer, Ottavia Bourdain sobre la explicación que dio el director del documental, Morgan Neville, a los medios de comunicación.
“Pregunté a su viuda y a su albacea para asegurarme de que estaban de acuerdo. Me dijeron que Tony hubiera estado bien con ello. No he intentado poner palabras en su boca, sino traerlas a la vida”, afirmó según la revista, Variety.
Ottavia contestó en redes sociales que “desde luego no he sido yo la que le ha dicho que Tony hubiera estado de acuerdo con eso”, señaló.
I certainly was NOT the one who said Tony would have been cool with that. https://t.co/CypDvc1sBP
— Ottavia (@OttaviaBourdain) July 16, 2021
Este audio generado con la voz de Bourdain ha salido a la luz sin que algunos de sus allegados estén de acuerdo y, según algunos críticos, es deshonesto ya que se le dio a entender al público que eso fue algo que salió de su boca mientras estaba vivo. Aparentemente, no queda claro en el documental que esos 45 segundos no son de una alocución real, como si lo son las demás voces en off del chef.
Es en estos casos, cuando se produce una violación de la confianza de la audiencia, cuando los deepfakes generan más sombras que luces, especialmente cuando se utilizan para lograr un fin mezquino. El caso de Bourdain es una potencial falta a la memoria de la persona fallecida y a su entorno, aunque también hay otras situaciones en las que este tipo de engaños pueden ir más allá. Uno de los ejemplos más claros es este deepfake donde una imagen no real de Barak Obama avisa de los peligros de la IA. En tan sólo cuatro años, los avances de esta tecnología han sido enormes y lo que está por venir es apasionante y escalofriante a partes iguales.
