Yahoo Finanzas Ser mal hijo y ‘mantenido’ cada vez es más difícil en España
El término nini (ni estudia, ni trabaja) es considerado por algunos sectores como ofensivo. Equivale al acrónimo en inglés NEET, para la expresión not in employment, education or training (o sea, ni trabaja ni estudia ni recibe formación). Según la última Encuesta de Población Activa, en el último trimestre de 2018 había más de un millón en España.
Hay quienes consideran que el aumento de esta población trae consigo graves consecuencias para un país, ya que los ninis se convierten en una población muy vulnerable. Los jóvenes provenientes de familias con bajos ingresos son más proclives a serlo, sencillamente porque tiene más dificultades para acceder a estudios o trabajos. Pero también hay muchos casos de jóvenes nini que sólo se les puede calificar de egoístas o caraduras.
Hasta hace poco, los hijos de matrimonios divorciados podían disfrutar de una pensión incluso hasta los 40 años. Según la Asociación Abogados Familia, esa obligación no tiene una duración automática: ni concluye cuando el menor alcanza la mayoría de edad, ni existe una obligación vitalicia. Con carácter general la obligación de alimentos cesa cuando el hijo alcanza la independencia económica.
El problema es que el Código Civil español no regula la edad a la que debe dejar de pagarse esta pensión de forma automática, por lo que, en principio, la pensión debía prolongarse desde el momento de la separación o divorcio hasta que el menor alcanza la mayoría de edad, teniendo en cuenta que el pago de la pensión puede prolongarse en el tiempo si el hijo sigue estudiando o hasta que el hijo goce de una independencia económica que le permita subsistir sin la ayuda de sus progenitores.
Pero algunos jóvenes que se aprovechaban de la situación y aceptaban ser mantenidos porque no tienen la necesidad económica de trabajar o estudiar ya no lo van a tener tan fácil si sus padres así no lo quieren.
Esto lo cambia todo
Para ello ha sido clave la sentencia 395/2017 de la Sala Civil del Tribunal Supremo. En ella, el magistrado Francisco Javier Arroyo analiza el rendimiento académico de un joven de 23 años mantenido, que obtenía notas pésimas y no se esforzaba en estudiar. Por ello el juez falló que el padre quedaba exonerado de pagar más tiempo la manutención y sentaba jurisprudencia.
Además, los ‘malos hijos’ que pasen de ver a sus padres también pueden ser castigados sin pensión. La sentencia STS 2511/2017 dictamina que, ante la negativa de dos jóvenes mantenidos a relacionarse con el padre y cuya decisión es libre y parte de ellos mismos, “se considera impropio que subsista la pensión a favor de ellos porque sería un enriquecimiento injusto a costa de un padre al que han alejado de sus vidas”.
Convendría que el Código Civil fuera más preciso para que no existieran abusos y evitar la interpretación de los jueces. Siempre existirán caraduras, pero con leyes más concretas, sería más sencillo plantarles cara. Aunque sean los propios hijos.
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