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"El sector bancario acumula ya una década y media de comportamiento bajista"

-¿Qué valoración hace de los últimos datos macroeconómicos conocidos, como el PIB de EEUU o los PMIs del sector manufacturero de la eurozona y sus principales economías? ¿Apuesta por la recuperación económica?

-Parece que EEUU ya lleva meses en una recuperación muy fuerte en términos de PMI manufacturero y de servicios. El avance rápido en el proceso de vacunación ha permitido a EEUU una vuelta a la nueva normalidad más rápida que en Europa.

Da la sensación de que EEUU va a continuar en esta senda; se junta la reapertura de las economías y también un estímulo monetario extraordinariamente grande. En Europa hemos visto buen comportamiento en el sector manufacturero desde finales del año pasado y donde estamos notando un mayor lastre o lentitud en el proceso de recuperación es en el sector servicios. Es lógico, teniendo en cuenta que la vuelta a la normalidad se ha ido posponiendo porque no conseguíamos un ritmo de vacunación adecuado.

Soy muy positivo para la segunda parte de este año; parece que se van a conseguir los objetivos de esa inmunidad del 70% en Europa en los meses de verano y, por tanto, la segunda parte del año tendría que traer una reacción económica similar a la que hemos visto en EEUU.

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-En anteriores entrevistas ya hemos comentado que nos acercábamos a un periodo no muy positivo para las bolas. Una vez ya en mayo, comienza a cuestionarse el famoso ‘sell in may” ¿Qué espera de los mercados en el corto plazo?

-En cuanto a estadísticas y frases hechas, lo que muestran es un dato histórico. No se habla de que hay una probabilidad del 60%. Más allá del patrón estadístico, que no tiene mucha relevancia, espero que se produzca un desarrollo a la baja de un 10-15% en los meses de mayo y junio. Este viene apoyado en dos factores.

Por un lado, tenemos un nivel de sobrecompra extremo, sobre todo en EEUU, que a la postre ha arrastrado al resto de bolsas, especialmente al DAX. El comportamiento eufórico de los inversores empiezan a surgir divergencias en términos de cuántas compañías están marcando máximos respecto a los del índice, cuántas de ellas cotizan por encima de la media de 20 o 200 sesiones, cuál es el posicionamiento de complacencia entre los inversores retail  los inversores institucionales. Empieza a haber divergencias en cuanto a medir la cobertura a potenciales movimientos a la baja respecto a respuestas alcistas. Todo empieza a tener una sensación de que el riesgo de una corrección del 10-15% para los próximos dos meses es cada vez más alto.

El martes vimos una pequeña reacción negativa en el Nasdaq y en el Dax, aunque todavía no se ha trasladado de forma generalizada a los demás índices. Los inversores deberían ser cautelosos en este mes y medio próximo porque no sería raro que veamos correcciones y, en caso de producirse, pueden ser grandes oportunidades de compra

-El Ibex 35 roza los 9.000 puntos, ¿los últimos avances del selectivo se producen gracias al sector bancario? ¿Qué opina de los bancos españoles tras la presentación de resultados?

-Si nos fijamos en cuáles han sido los catalizadores tenemos, por un lado, hace unos meses hemos tenido una espiral de operaciones de fusiones entre el sector. Caixabank y Bankia han puesto de manifiesto el argumento principal de la concentración del sector: reducir costes, ya que ganar dinero es más difícil. El sector ya ha tenido una concentración bastante alta.

En segundo lugar, EEUU ya ha vivido un steepening en la curva de tipos. En este caso, el margen de intermediación de la banca aumenta y, por tanto, los beneficios también. En EEUU, la diferencia abismal entre el 0% del corto plazo y el 1,65% del diez años, da cierto juego. En Europa, es más bien una expectativa. El BCE ha dejado claro que está incrementando las compras de bonos para evitar que la rentabilidad de los plazos largos suban.

En Europa el mercado está más intervenido de lo que parece, más que en EEUU, desde el punto de vista de mercado de bonos. La expectativa a favor de los bancos viene apoyada en que vemos datos de inflación cada vez más altos, y la esperanza de que suban los tipos de interés antes de lo que dicen los bancos centrales, es lo que atrae el interés.

Pero si miramos tendencias estructurales, de BBVA o de Santander, por ejemplo, aunque queda recorrido, las tendencias llevan siendo muy negativas desde el 2005-2006, por lo que es una década y media de comportamiento bajista. Yo no confiaría en que esto se fuera a revertir. No quiere decir que no pueda haber recorridos puntuales al alza o semanas buenas para los bancos, pero no querría tener bancos en mi cartera con una visión de varios años vista.

-El euro cede frente al dólar aunque mantiene los 1,20 dólares. ¿Tras las últimas caídas de la divisa estadounidense en abril esto podría ser un signo de menor apetito por el riesgo en los mercados? 

-Sí. Aunque las correlaciones hay que entenderlas como algo que no son 100% fundadas. No tenemos un activo que explique el comportamiento de otro al 100%. Lo que suele haber son comportamientos que de alguna manera riman en su movimiento. Cuando hablamos del dólar, este tiende a apreciarse más fácilmente en un entorno de correcciones. En ese momento, el dólar actúa como moneda refugio. El hecho de que estemos atacando esta cota, que vemos se ha marcado un techo claro e incluso hay alguna figura potencial de distribución en el dólar contra el euro, o en el propio dólar index, de acumulación, podría indicar que en las próximas semanas puede tender a apreciarse.

A eso hay que sumarle que existe un convencimiento por parte de la industria de que el dólar va a debilitarse. El primer susto ya nos lo pegó cuando la divisa Euro/dólar se fue de 1,23 a 1,17 y yo creo que va a haber otro movimiento favorable al dólar durante el proceso correctivo de las bolsas, que probablemente hará daño al posicionamiento de la industria.

Una vez concluido el proceso correctivo, probablemente, va a volver a abrir una expectativa de un dólar débil que se va a mantener tal vez hasta finales de año. El comportamiento del dólar este año va a ser más de trading que direccional. No espero grandes tendencias en el dólar este año, al menos contra el euro, sino más bien un vaivén al alza y a la baja con un eje central en torno a 1,19-1,20; tal vez veamos extensiones a 1,25 o caídas hasta 1,16.

-Ya no solo es el bitcoin, ahora el ethereum y el dogecoin también cobran protagonismo. ¿Cuál es su opinión sobre estas criptodivisas?

-Hay cientos de criptomonedas y no todas son iguales. A dogecoin no le presto atención, me parece un experimento social. No hay que meter en el mismo paquete a Ethereum o a Bitcoin. Estamos viviendo un comportamiento de euforia que recuerda mucho a lo que se vivía en 1999. Este tipo de reclamo da la sensación de que da igual lo que compres, con o sin sentido económico, porque vas a ganar dinero.

En este caso, puedes comprar deuda basura porque no tiene riesgo. Puedes comprar cualquier acción, da igual el precio, porque con tanto estímulo monetario no va a bajar. Puedes comprar cualquier índice porque va a haber recuperación económica y nadie habla de quitar el estímulo monetario y fiscal, que tanto ha ayudado a subir hasta aquí.

El sentimiento que impera ahora mismo en el mercado es que no hay riesgo, cualquier cosa que compras, ganas. Esto genera que los inversores actuales ya no sean profesionales; o los retail, que siempre gestionan su propio patrimonio. Ahora hay mucha gente que está acudiendo al canto de sirena. Normalmente, este tipo de situaciones acaba muy mal pero no quiere decir que no vaya a durar un año más.

Mucha gente no entiende las criptomonedas y, sin embargo, es muy interesante porque multiplica por muchas veces el retorno. Es un reclamo válido y real pero no hay que olvidar que las cripto, en concreto bitcoin desde 2010, ha sufrido tres correcciones de más de un 85%. Esto quiere decir que habrá gente que perderá todo lo que ha invertido.

Como poseedor de bitcoin en cartera, me gusta el concepto que hay detrás pero no minusvaloro el riesgo de invertir en un activo con una volatilidad tan brutal. Mandaría un mensaje de prudencia extrema.