Nuevas sanciones contra Irán tras la ejecución de un manifestante
Irán ahorcó el jueves a Mohsen Shekari, condenado por herir con un cuchillo a un guardia de seguridad y bloquear una calle en Teherán. Es la primera ejecución de este tipo tras miles de detenciones en las movilizaciones que sacuden al país desde mediados de septiembre, provocando un coro de condenas occidentales.
La represión en Irán alcanzó un nuevo nivel tras la ejecución, al amanecer del jueves 8 de diciembre, de Mohsen Shekari, manifestante de 23 años detenido a finales de septiembre. Fue condenado a muerte por bloquear una calle y herir a un agente de seguridad, en un juicio tildado de "simulacro" por organizaciones de derechos humanos.
Los activistas advierten de que otras personas también podrían ser condenadas a muerte en un futuro próximo y afirman que hasta ahora al menos una docena de personas han sido condenadas a muerte por su participación en las manifestaciones.
La ONG Amnistía Internacional se declaró "horrorizada" por la ejecución y la denunció como un "juicio espectáculo injusto". "Su ejecución expone la inhumanidad del llamado sistema de justicia iraní mientras decenas de personas corren la misma suerte".
Es el primer condenado ejecutado desde el inicio del movimiento de protestas, que siguió a la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una kurda iraní de 22 años, tras ser detenida en la capital iraní por llevar un velo considerado mal utilizado por la policía de moral.
Indignación, condenas y sanciones
Estados Unidos denunció una "escalada siniestra" y dijo que las autoridades iraníes tendrían que rendir cuentas. Por su lado, Canadá ha sancionado a 22 altos cargos judiciales, penitenciarios y policiales iraníes, así como a altos ayudantes del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei.
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