Yahoo Finanzas Si tienes un perro deberías usar esta tecnología: mi experiencia con un dispositivo de rastreo
“Es solo un perro”, “Es un animal”… Quien tenga en su casa un habitante peludo de cuatro patas conoce bien una nueva dimensión del amor. Como acertadamente afirmó Anatole France, “Hasta que no hayas amado a un animal, una parte de tu alma permanecerá dormida”.
Llegar a casa y que tu perro se desviva en saludos y te acompañe fielmente allí donde vayas no tiene precio. Pero esta alegría incomparable tiene su contrapeso: el indescriptible disgusto que te llevas cuando le pasa algo o desaparece.
Un tercio de los perros se pierde en alguna ocasión en su vida
No hace tanto, viví uno de esos momentos. Llevé a mi fiel perra Galleta al monte y mientras trabajaba con el ordenador, ella iba olisqueando todo. No había problema porque estábamos solos y rodeados de bosque.
Ensimismado en mi trabajo, debieron pasar varios minutos hasta que me di cuenta de algo: había dejado de escuchar sus patitas a mi alrededor. Levanté la cabeza y no la vi, solo había árboles y más árboles. Comenzó a crecer en mí cierta ansiedad aunque, hey, no habría problema.
Empecé a gritar su nombre, pero mi voz se perdía en el bosque y este respondía con el silencio. Aquí se desató ya el pánico y mi cabeza se aceleró por completo. Por resumir mi dramática experiencia: perdí a mi perro, pero lo encontré milagrosamente haciendo el camino de regreso al coche: ahí estaba ella.
Juré no volver a vivir esta angustia que, por lo que pude adivinar después, es muy habitual: un tercio de los perros se pierden en alguna ocasión a lo largo de sus vidas, y el dato más demoledor: un 80% de estos jamás regresa a casa.
Un localizador, la solución definitiva
Vivida esta experiencia traumática, opté por colocar un localizador a mi perrita. ¿En qué consisten estos dispositivos? Se trata de unas pequeñas pastillas que se amarran al arnés o collar y que cuentan de dos elementos clave: un módulo de GPS y otro de eSIM (sí, tiene conexión a datos).
De esta manera, y pagando una suscripción anual, tu perro estará “conectado” siempre y sabrás su ubicación en todo momento, pero también podrás reproducir un sonido o encender una pequeña luz, una función que viene bien en los paseos nocturnos.
Ahora bien, ¿merece realmente la pena? Mi pequeña Galleta es un perro muy tranquilo y muy pendiente de mí, lo que no evita que de cuando en cuando se pueda despistar, sobre todo si está siguiendo un “sabroso” rastro. Estos breves segundos de desconexión y angustia ahora han desparecido, porque el localizador sale al rescate.
En las extrañas ocasiones en las que nos perdemos de vista, abres la app en el móvil y activas la función Live, que te sitúa en tiempo real la ubicación de tu can. Este modo tiene, además, una función de Realidad Aumentada que he encontrado especialmente útil: la cámara muestra en la pantalla del móvil lo que tienes delante y sobre ella, la posición exacta del perro y a qué distancia se encuentra.
En definitiva, nunca, en ningún momento, he considerado dar de baja este servicio porque la tranquilidad que ofrece no tiene precio. Si tienes perro y quieres vivir tranquilo, ni lo dudes: un localizador es un producto a considerar.
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