La Minipimer de Braun debe su éxito a un fantasma del pasado
Hay dos cosas que mucha gente no sabe sobre la batidora más famosa de las cocinas españolas: una es que se llama Minipimer, y no “miniprimer”, y la otra es que es un invento español cuya historia ha dado una serie de curiosos giros.
No está claro por qué tanta gente empezó a añadirle esa erre polizona al nombre, pero sobre la segunda cuestión sí podemos arrojar algo de luz y para ello hemos de remontarnos a los años 50 del siglo pasado, la década que vio nacer a la batidora de mano.
Las primeras batidoras domésticas se pusieron a la venta en los años 20 y eran del tipo jarra con cuchillas, formato que aún predomina en muchos países. En España, sin embargo, la batidora omnipresente es la de brazo, que permite triturar los alimentos sin tener que trasladarlos a otro recipiente.
Y es que, aunque fue inventada en Suiza en 1950 y bautizada como bamix, un diseñador industrial español llamado Gabriel Luelles lanzó una versión mejorada que se puso a la venta en 1959. El nombre que recibió fue Minipimer: “mini” porque era más pequeña y manejable que las aparatosas batidoras que existían y “pimer” porque ese era el acrónimo de la primera empresa que las fabricó: Pequeñas Industrias Mecánico Eléctricas Reunidas.
El éxito del producto fue tan apabullante que, cuando en los años 70 la multinacional Braun compró PIMER, decidió seguir llamando Minipimer a la batidora estrella a pesar de que la propia marca había desaparecido. Y así es como mucha gente le llama al pequeño electrodoméstico, sea de la marca que sea, como sucede con productos como el “pan Bimbo” o el “papel Albal”.
Pero la historia aún tiene otra vuelta de tuerca: si te das una vuelta por la tienda de electrodomésticos verás que venden varias Minipimer de Braun, pero no solo no las fabrica la extinta PIMER sino que ¡ni siquiera las fabrica Braun! La compañía alemana dejó de fabricar electrodomésticos de cocina hace varios años y licenció su marca a la italiana De’Longhi, que es en realidad quien los produce.
Hay pocos ejemplos de marcas tan exitosas que hayan sobrevivido a su fabricante original, pero es una auténtica rareza que el mismo producto haya pasado dos veces por el mismo proceso: conservar “minipimer” aunque ya no exista PIMER y venderlo como Braun aunque Braun no lo fabrique. Es difícil imaginarse la cantidad de batidoras que se han debido vender en el camino de este doble éxito comercial.