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La gran mentira de los alimentos ecológicos que nos están vendiendo

Como sociedad, cada vez nos preocupamos más de lo que comemos. Y no solo de lo saludables o no que son los alimentos que metemos en nuestra cesta cada vez que vamos a la compra, sino también de lo sostenibles que son esos productos con el medioambiente. Así pues, la conciencia ambiental ha promovido grandes cambios en la alimentación y ha conseguido convertir a los alimentos ecológicos y naturales en los grandes protagonistas de la cocina contemporánea.

Sin embargo, todavía existen percepciones erróneas con respecto a los alimentos ecológicos, en parte debido a la multitud de términos que hacen referencia a estos productos.

¿Son los alimentos ecológicos más saludable? ¿Qué valor tienen realmente? ¿Son más sostenibles con el medioambiente?

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Food and reference to organic
La etiqueta «eco» o «bio» no es garantía de que un alimento sea más saludable. Foto: Getty Creative. (Stadtratte via Getty Images)

La moda de la alimentación saludable

Para conseguir vender sus productos, la industria de la alimentación capta las tendencias del mercado para abastecernos de productos novedosos justo en el momento en que estamos dispuestos a comprarlos. Por eso, de forma perspicaz añaden etiquetas que no son del todo precisas, o incluso a veces, no son necesarias, como ocurre con la inscripción ‘Sin gluten’ o ‘Vegano' para determinados alimentos que en su forma habitual ya tienen esta particularidad. Por ejemplo, no tiene sentido añadir que la leche no lleva gluten o que una zanahoria es vegana, pero se hace.

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Lo mismo ocurre con las etiquetas «eco» o «bio». Como hemos escuchado que lo "ecológico" es mejor, los fabricantes de alimentos marcan de forma visible sus productos para conseguir llamar nuestra atención, porque viene asociado inmediatamente a alimentos de mayor calidad, más saludables e incluso más sabrosos. Sin embargo, no hay ninguna garantía de que esto así sea, ya que la única condición que debe cumplir un alimento para ser considerado ecológico es ajustarse a las directrices de la legislación europea, definidas en el Reglamento 2018/848.

Esta denominación, por tanto, solamente sirve como una acreditación sobre unas normas concretas. Es decir, que cierto alimento cumple unos estándares, pero no va más allá. Fíjate además en la cantidad de alimentos en el supermercado con esta etiqueta que son considerados insanos, como por ejemplo la bollería industrial. Así que no, los productos “ecológicos”, “bio” u “orgánicos” –no hay diferencia entre estos términos– no son necesariamente más sanos.

Sostenibilidad alimentaria

Además, si eres de los que piensa que al comprar ecológico estás contribuyendo a salvar el planeta, podrías estar incurriendo en un error. Por ejemplo, vemos fruta en el supermercado envuelta en grandes cantidades de plástico con esa etiqueta, y que además procede de lugares lejanos. Este hecho es cuanto menos contradictorio.

Se calcula que la alimentación es la responsable de la mitad de las emisiones de gases con efecto invernadero, si tenemos en cuenta todos los factores involucrados en los procesos productivos, como son la producción agrícola y ganadera, la deforestación, el transporte y la conservación de alimentos, el procesado y embalaje de los mismos y todos los desperdicios que se generan.

Si quieres lograr que tu alimentación sea sostenible lo primero que tienes que hacer sin duda es reducir el consumo: compra solo los alimentos que vayas a utilizar. Y luego, basar tu alimentación en frutas, verduras y legumbres, siempre de temporada y de proximidad.

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