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De la mano de Ingrid Betancourt, el centro potencia sus chances en la política colombiana

Ingrid Betancourt, durante el anuncio de su candidatura presidencial
DANIEL MUNOZ

El calendario electoral latinoamericano tiene ahora ­el foco en Colombia, donde Gustavo Petro, con ventaja en las encuestas y en su segundo intento consecutivo, tiene chances de acceder a la Casa de Nariño y llevar por primera vez a la izquierda a la presidencia del país.

La gestión del presidente conservador Iván Duque, bastante desprestigiada para una mayoría de votantes, comenzará a quedar atrás a partir del 29 de mayo, en la primera vuelta electoral, aunque es probable que la historia se resuelva de una vez en el ballottage del 19 de junio.

Otras corrientes de derecha y centroderecha con buena base electoral aspiran a tomar el relevo del oficialismo menguante. El gobernante Centro Democrático, de momento desinflado ante la opinión pública, sueña sin embargo con una difícil remontada de su candidato, Óscar Zuluaga.

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Pero a tantos meses de esa cita clave, la franco-colombiana Ingrid Betancourt, conocida internacionalmente por su odisea de seis años en la selva amazónica como rehén de la guerrilla, pateó el tablero esta semana al anunciar su candidatura y dar nueva vida al centro político.

Betancourt, de 60 años, aspiraba al mismo cargo hace dos décadas, cuando fue secuestrada por las FARC durante la campaña presidencial de 2002, y estuvo cautiva en sus rústicos campamentos de la remota espesura hasta la exitosa operación de rescate que la liberó seis años después.

Ingrid Betancur participa de la Comisi
MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET


Ingrid Betancur participa de la Comisión de la Verdad que hace el reconocimiento sobre secuestro causado por diferentes grupos armados como las Farc, el 23 de junio pasado (MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET/)

Los aspirantes de derecha e izquierda se ven de pronto frente a otra rival de peso, que arranca de atrás pero se tiene confianza para dar el batacazo. ¿Pero alcanzará su nombre, su prestigio y sus ideas para reforzar el centro político colombiano y disputar la presidencia?

Tras su presentación, Betancourt sostuvo que el rival a vencer no era Gustavo Petro, como daría a entender su distante liderazgo en los sondeos, sino “los extremos, que son lo mismo”. Porque, insistió, “la realidad es que todos somos carne de cañón cuando estamos en el centro y esos somos los colombianos de a pie”.

Betancourt integra la Coalición Centro Esperanza, que que tendría cerca de un tercio de las preferencias electorales. A este grupo le falta definir su candidato, lo que se resolverá en las primarias del 13 de marzo, donde Ingrid buscará estampar su nombre en la boleta presidencial.

El mismo Petro, cómodamente adelante en la previa de la primera vuelta, deberá prestar mucha atención a esta nueva contendiente, que tras haber sobrevivido al infierno vuelve por sus fueros, desafía la polarización y puede sumar votos de todas partes.

Es cierto que las polarizaciones han sido variadas y trágicas en Colombia. Una de las grietas, quizás la más extensa y profunda, ha sido la que marcó el conflicto con las guerrillas de las FARC, que dividió durante décadas a dirigentes y votantes entre la mano dura y la negociación, y que aún no termina de cerrar.

Ingrid Betancourt junto al expresidente Juan Manuel Santos
CESARCARRION


Ingrid Betancourt junto al expresidente Juan Manuel Santos (CESARCARRION/)

También están, como dijo Betancourt, las polarizaciones de “los colombianos que tienen nada y que tienen todo” y la “fractura de pobreza, racial, cultural y de género”. Todos esos temas se propone abordar la candidata y, de manera más amplia, quien obtenga finalmente la bendición de su coalición, como Sergio Fajardo, por ejemplo, quien quedó tercero en las presidenciales de 2018.

“Transformar el reconocimiento que tiene Betancourt y su capacidad de liderazgo público en política, en votos, es muy difícil. Sin embargo, creo que tiene ese potencial precisamente de lograrlo al no ser una líder polarizante. Si ella decide ir en términos de construir una posición reconciliadora, eso puede llegar a ser muy importante”, dijo a LA NACION Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC).

Al hacer su presentación formal en diciembre, la Coalición Centro Esperanza estableció un decálogo que se convirtió en el pacto político entre sus distintas fuerzas. “Estamos convencidos de que Colombia debe dejar atrás los extremismos de izquierda y de derecha que nos impiden encontrar el camino de las reformas que necesita el país”, señalaba el texto donde además se declararon opositores al gobierno de Duque.

Ese decálogo plantea consignas como la lucha contra la corrupción, la seguridad como pilar de una sociedad sin miedo y la implementación del Acuerdo de Paz firmado con las FARC. También brega por un Estado que combata la desigualdad y la pobreza y que, a la vez, respete la libertad de empresa, la igualdad de género y la educación pública de calidad.

Se trata de una agenda por cierto exigente que coincide con las declaraciones que Betancourt estuvo haciendo estos días, desde el anuncio de su candidatura.

Ingrid Betancourt, al ser liberada por las FARC
Ingrid Betancourt, al ser liberada por las FARC


Ingrid Betancourt, al ser liberada por las FARC

“Ingrid es una candidata viable. Tiene una posibilidad real de ganar la consulta [internas] del centro. Creo que ella tiene la ventaja grande de que efectivamente puede ser una opción distinta y refrescante para ese grupo”, dijo a LA NACION el analista político Pedro Medellín.

Incluso si gana la interna, las cosas van a estar difíciles, con tantos y tan fuertes rivales, dijo Medellín, desde Petro hasta quien resulte candidato de la coalición de centroderecha Equipo por Colombia, un poderoso combinado de dirigentes fogueados en alcaldías y gobernaciones.

Pero, según este analista, si bien hoy en día quizás no le cierren los números, en estos meses que faltan se podría terminar de posicionar. “Yo creo que Ingrid puede tener una opción real; si tiene buenas propuestas puede llegar sin problema; puede lograrlo, no es descabellado”, señaló.

La sola presencia de Betancourt en la Coalición Centro Esperanza le viene a dar entonces el envión necesario que precisa esa formación para aspirar genuinamente a pelear la presidencia en la cita electoral del 29 de mayo.

“Ingrid genera una oportunidad de atraer votos hacia un centro que es lo que busca mucha gente. Depende de cuál sea el discurso, de cómo sea el desempeño en los debates, de cómo le vaya en las listas al Congreso y de la campaña política”, dijo Jorge Restrepo sobre las muchas variables que entrarán en juego.