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Manhattan da vuelta la página de la pandemia y recupera su esplendor: todas las novedades de 2022

Bryant Park, un lugar de los favoritos para hacer picnics y tomar un descanso en Nueva York. Los entusiastas de Broadway, los aficionados al arte y los amantes de la comida encontrarán nuevas ofertas en Times Square y sus alrededores y en los vecindarios debajo de la calle 42. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS

NUEVA YORK.- Durante los peores meses de la pandemia, las veredas de Manhattan, que antes estaban atestadas, se convirtieron en senderos fantasmales. Pero nunca llegó a ser una ciudad fantasma. Las ciudades fantasma se abandonan para siempre; sin embargo, los fieles de Nueva York se mantuvieron firmes, abriéndose paso a tientas hacia la luz mientras los restaurantes, bares, teatros y otros locales empezaban a tener reinicios vacilantes cuando las vacunas redujeron la tensión de aventurarse a salir.

Ahora, de repente parece que Manhattan (en especial en los alrededores de Times Square y en los vecindarios abajo de la calle 42) ha vuelto a la vida con todo lo que siempre ha atraído a los visitantes: espléndidas exposiciones en museos, artistas estelares en Broadway y restaurantes por doquier. Muchos negocios queridos no sobrevivieron a estos dos últimos años, entre ellos, Lord & Taylor, Jazz Standard, los teatros Upright Citizens Brigade, el Club “21″, el Pegu Club, el Café Boulud, La Caridad 78, Eisenberg’s Sandwich Shop y Coogan’s. No obstante, las inauguraciones de hoteles, restaurantes nuevos y la animada vida urbana refuerzan la esperanza de que la recuperación total está más cerca.

Los oficinistas del centro de la ciudad están menos presentes porque el trabajo a distancia sigue en vigor, pero los 56,4 millones de turistas que se prevé que visiten la ciudad en 2022 (frente a los 32,9 millones del año pasado, según la agencia de promoción turística de la ciudad, NYC & Company) deberían ayudar a compensar su ausencia.

El salón del segundo piso en Civilian, un hotel de 27 pisos y 203 habitaciones, en el barrio Hell's Kitchen de Nueva York. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS


El salón del segundo piso en Civilian, un hotel de 27 pisos y 203 habitaciones, en el barrio Hell's Kitchen de Nueva York. (Anna Watts/The New York Times) (ANNA WATTS/)

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De paseo por Times Square

El embotellamiento en las veredas está en pleno apogeo en Times Square. Algunas personas siguen usando cubrebocas al aire libre, otras lo llevan colgando de la barbilla listas para subir a los taxis, al metro y a los autobuses urbanos, donde su obligatoriedad sigue vigente (aunque cada vez más muchos desobedecen esa norma).

La prueba de vacunación y el uso de cubrebocas en los cines y la mayoría de los restaurantes ya no son obligatorios. La mayoría de los teatros de Broadway eliminaron hace poco el requisito de la vacuna, aunque el uso de mascarillas seguirá vigente al menos hasta el 31 de mayo, según la Liga de Broadway. Los actores de montajes como Plaza Suite (Sarah Jessica Parker, Matthew Broderick), Macbeth (Daniel Craig), Company (Patti LuPone, Katrina Lenk), Funny Girl (Ramin Karimloo) y The Music Man (Sutton Foster, Hugh Jackman) han suspendido sus presentaciones de manera periódica durante esta temporada debido a la Covid-19, por lo que la precaución es lógica.

En Drama Book Shop, la escultura de David Korins que consta de más de 2400 libros y guiones es un canto a la historia del teatro. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS


En Drama Book Shop, la escultura de David Korins que consta de más de 2400 libros y guiones es un canto a la historia del teatro. (Anna Watts/The New York Times) (ANNA WATTS/)

Según los protocolos de la Liga de Broadway, la librería Drama Book Shop también exige el uso de cubrebocas. La ubicación anterior de la librería cerró en 2019, y Lin-Manuel Miranda está entre los socios que el año pasado la revivieron en un espacio nuevo y atractivo ubicado en el 266 de la calle 39 Oeste. Además de todas las obras de teatro y biografías del mundo del espectáculo que te puedas imaginar, el lugar también tiene sillones cómodos en los que te hundes mientras miras hacia arriba a la escultura del gusano de libros del diseñador David Korins, que se retuerce con más de 2400 libros y guiones ordenados cronológicamente como un homenaje a la historia del teatro.

Los fanáticos de Broadway pueden pernoctar en el Civilian, un hotel de 27 pisos y 203 habitaciones que abrió sus puertas en Hell’s Kitchen (305 de la calle 48 Oeste) en noviembre pasado. David Rockwell y su estudio de arquitectura, Rockwell Group, idearon el diseño, su salón en el segundo piso tiene escenografías del tamaño de casas de muñecas de espectáculos como Hadestown, Take Me Out y Moulin Rouge. La terraza al aire libre es muy tranquila, salvo por una que otra sirena ocasional. A las personas sensibles les puede molestar más el ruido de los ascensores a la hora de dormir; así que pidan una habitación alejada de ellos. Este mes, los precios oscilan entre los 189 y los 449 dólares, según una búsqueda reciente en internet. Las habitaciones más económicas tienen una cama y poco más, y los servicios extras son escasos; pedir el servicio de limpieza cuesta 20 dólares al día.

Los sándwiches toscanos de All’antico Vinaio en la Octava Avenida se han convertido en un éxito instantáneo. Esta tienda de delicatessen suele estar abarrotada, así que una opción sería comerte tu emparedado en el cercano Bryant Park. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS


Los sándwiches toscanos de All’antico Vinaio en la Octava Avenida se han convertido en un éxito instantáneo. Esta tienda de delicatessen suele estar abarrotada, así que una opción sería comerte tu emparedado en el cercano Bryant Park. (Anna Watts/The New York Times) (ANNA WATTS/)

El lugar más atractivo para comer en el distrito de los teatros es una modesta charcutería italiana, All’antico Vinaio (729 de la Octava avenida), donde ya hay filas antes de que abra al mediodía. Los productos importados de Florencia son despachados por tipos optimistas que cantan al ritmo de música italiana mientras rebanan y rellenan cuadrados de schiacciata dorada (pan toscano más fino que la focaccia). La Favolosa es el producto más vendido: se trata de un pan cubierto con crema de queso pecorino y alcaucil, al que se le añade salami y berenjena condimentada y queda comprimido en un gran revoltijo delicioso. El local es pequeño, así que, si el clima lo permite, haz un picnic en el parque Bryant, que está a diez minutos a pie.

Los visitantes admiran las obras de Jean-Michel Basquiat en una nueva exposición inmersiva en el edificio Starrett-Lehigh de Chelsea. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS


Los visitantes admiran las obras de Jean-Michel Basquiat en una nueva exposición inmersiva en el edificio Starrett-Lehigh de Chelsea. (Anna Watts/The New York Times) (ANNA WATTS/)

Al sur (o abajo) de la calle 42

En el centro de la ciudad hay muchas experiencias culturales nuevas, como Little Island, un floreciente parque público en el río Hudson que parece sacado de un cuento de hadas. Durante los meses calurosos es tan concurrido que solicitan reservaciones por horario.

Algo que está causando sensación entre los amantes del arte es la nueva exposición inmersiva Jean-Michel Basquiat: King Pleasure, ubicada en el edificio Starrett-Lehigh de Chelsea (601 de la calle 26 Oeste), donde está previsto que se inaugure este mes un salón comedor. Las entradas con horario, disponibles hasta el primer lunes de septiembre, suelen agotarse a pesar de su precio (35 dólares entre semana, 45 los fines de semana, con descuento para adultos mayores y niños menores de 13 años).

Basquiat murió a los 27 años de una sobredosis de heroína en 1988, y su patrimonio prestó más de 200 obras de arte y artefactos, la mayoría de ellos nunca antes expuestos. Sus hermanas ayudaron a recrear fielmente la sala de estar y el comedor de su infancia en Brooklyn, y en videoclips, ellas y otras personas comparten recuerdos divertidos del artista. Aquí también se encuentra una réplica de su estudio salpicado de pintura en Great Jones Street; un video proyecta al artista mientras trabajaba allí. La vibrante música dance llena un homenaje a la sala VIP Michael Todd del club nocturno Palladium, donde a Basquiat le encantaba ir de fiesta y un mural suyo dominaba una pared. Los elementos familiares íntimos combinados con el brillante talento de Basquiat, fallecido prematuramente, crean un gran impacto emocional.

En el Meatpacking District, la Bienal de Whitney 2022, Quiet as It’s Kept, estará en cartelera hasta el 5 de septiembre (99 de la calle Gansevoort; el costo de las entradas con horario es de 25 dólares). La exposición del Museo Whitney de Arte Estadounidense, que se pospuso un año por la pandemia, tiene una temática sombría, pero la belleza está presente en las inquietantes fotografías del este de Los Ángeles, de Guadalupe Rosales, y en la escultura de Rebecca Belmore de un ser humano envuelto en una bolsa de dormir y rodeado de casquillos de bala.

Varios videos son hipnóticos, entre ellos Extracts que se encuentra en el primer piso y es una meditación sobre Moby Dick realizada por el colectivo Moved by the Motion. En el sexto piso, busca la impactante Your Eyes Will Be an Empty Word, de Coco Fusco, y 06.01.2020 18.39 de Alfredo Jaar, que representa el ataque a manifestantes pacíficos en Washington, en 2020, tras el asesinato de George Floyd. Y no dejes de salir para contemplar las impactantes esculturas metafóricas de Charles Ray en la terraza del quinto piso.

Mary Lane es un bistro alegre ubicado en West Village con mesas al aire libre y un menú centrado en los ingredientes de temporada. (Anna Watts/The New York Times)
ANNA WATTS


Mary Lane es un bistro alegre ubicado en West Village con mesas al aire libre y un menú centrado en los ingredientes de temporada. (Anna Watts/The New York Times) (ANNA WATTS/)

Entre los mejores lugares para comer cerca del Whitney están Pastis, Cookshop, Chelsea Market, el renacido Barbuto y el menos conocido Mary Lane (99 de la calle Bank), un bistró del West Village con mesas al aire libre. Este último es propiedad de Blackfoot Hospitality y abre para el almuerzo, el brunch, la hora feliz y la cena (cierra los lunes). El menú incluye bocados de cangrejo Jonah nadando en una sopa de puré de espárragos con crema fresca ahumada. Los ravioles rellenos de pollo estofado en salsa cacciatore con aceitunas, brócoli rabé, láminas de ajo y trozos crujientes de piel de pollo son el platillo más sustancioso del menú de temporada.

Un espectáculo pequeño pero importante para ver antes de que cierre el 15 de mayo es Holbein: Capturing Character, en Morgan Library & Museum (225 Madison Avenue; los boletos reservados cuestan 22 dólares). Durante el reinado de Enrique VIII, Hans Holbein pintó a cortesanos, poetas, eruditos y mercaderes, algunos de mentón débil, otros de mandíbula fuerte, con la boca abierta por el calor o por el mal humor. Los personajes están representados de manera aguda y vívida con sus abrigos de piel, mangas de terciopelo y tentadoras joyas ornamentadas.

Para comer cerca del Morgan, dirígete al Café China en Murray Hill (59 de la calle 37 Oeste), que reabrió sus puertas en un edificio de tres pisos en diciembre. Los propietarios, Yiming Wang y Xian Zhang, cuyo encantador restaurante de Tribeca, China Blue, cerró en 2020, optan por una decoración discreta, con lámparas de flequillos y toques luminosos de verde jade. Destacan el pato ahumado al té, el cordero al comino condimentado y el exuberante tofu ma po bañado en puerros y salsa de chile, al igual que los sutiles panqueques de cebolleta, las chauchas salteadas con brotes verdes de mostaza fermentada y los fideos dan dan entrelazados con pasta de ajonjolí y carne molida de cerdo.

Aunque la pandemia desencadenó el cierre de hoteles en toda la ciudad como el Roosevelt, el Excelsior y el Omni Berkshire Place, los nuevos alojamientos de Chelsea están cobrando fuerza, como el Hyatt Place New York (140 de la calle 24 Oeste), el SpringHill Suites by Marriott (140 de la calle 28 Oeste) y el Motto by Hilton (113 de la calle 24 Oeste). El vestíbulo de la planta baja del Motto es un escenario dinámico, y hay un salón amplio y moderno en el segundo piso. Las habitaciones están diseñadas para ser eficientes y tienen un costo a partir de 300 dólares. Hace poco verificamos en Trip Advisor y tenía 163 opiniones, 154 de ellas con una calificación “excelente” y cero “deficiente”.

Nueva York aún no ha recuperado su apodo como la ciudad que nunca duerme, pero lo que solía sentirse como un territorio fantasmal finalmente ha reiniciado sus actividades. Quienes disfrutaron la paz y tranquilidad recientes, deberán acostumbrarse a que esos días se terminaron.

Julie Besonen

The New York Times