Yahoo Finanzas Los cambiantes y "poco saludables" ideales de belleza te están costando mucho dinero
Los estadounidenses se gastan al año US$300.000 millones en "sentirse bellos"
El 16% de la población de EEUU (45 millones de personas) sufre insatisfacción corporal
Se teme que con la pandemia esas cifras hayan empeorado mucho más
¿Cuánto pagarías por ser “hermoso”? A pesar de que algunos movimientos progresistas impulsan la idea de que todos los cuerpos son perfectos por naturaleza, los estándares de belleza actuales parecen ser más difíciles de conseguir que nunca y, por supuesto, más caros.
Quizás el ejemplo más palpable de este fenómeno en la última década ha sido el de la familia Kardashian-Jenner, cuya entrada al mundo del reality y la gran visibilidad mediática que alcanzó posteriormente terminó por otorgarles el poder de transformar el ideal de belleza hegemónica.
Si bien reivindicó en un primer momento la estética de las curvas, la “kardashianización” del concepto de belleza también supuso limitaciones, más que libertades, para millones de personas que no pueden permitirse visitar el quirófano cada vez que cambian las tendencias de la moda.
El verdadero costo de la belleza en cifras
Un estudio promovido por la línea de productos de cuidado personal Dove, de Unilever, arroja algunas luces sobre la cantidad de personas que se vieron afectadas por la insatisfacción corporal y la discriminación basada en la apariencia; además del dinero que gastaron para “acomodar” sus cuerpos a estos estándares.
Dove encargó a Deloitte Access Economics que compilara datos para profundizar en el costo económico y social de cánones de belleza “poco saludables” en los estadounidenses con edades de 10 años o más.
El resultado más impactante fue que el segmento estudiado gastó más de US$300.000 millones en el año 2019, según precisa el informe titulado “El costo real de los ideales de belleza” de Dove.
Este número incluye tratamientos como cirugías estéticas, consumo de sustancias que alteran la figura corporal, bronceados, y otros tal vez más superficiales, pero igualmente invasivos, como la decoloración de la piel y el alisado químico del cabello.
Los ideales de belleza poco saludables, tal como los define el informe, son normas de belleza que son muy limitadas y poco realistas. Por lo general, reflejan los estándares de personas blancas y carecen de diversidad de todos los tamaños, edades, tonos de piel, tipos de cabello y formas corporales.
“[El informe] estima la cantidad de personas que se vieron afectadas por la insatisfacción corporal y la discriminación basada en la apariencia, y luego observamos todos los impactos”, dice Simone Cheung, socia de Deloitte que también dirige el departamento de Economía de la Salud y Políticas Sociales de Sídney, Australia.
La investigación redondeó los costos de cada uno de esos impactos individualmente y, según los resultados, el 16% de la población estadounidense de 10 años o más (45 millones de personas) experimentó insatisfacción corporal.
Más impacto entre las mujeres
En general, las mujeres fueron las que más soportaron los mayores costos financieros de la insatisfacción corporal y la discriminación basada en la apariencia.
“La insatisfacción corporal realmente llega al núcleo de cómo se siente alguien sobre sí mismo”, dice S. Bryn Austin, investigador principal del informe y director fundador de la Iniciativa de capacitación estratégica para la prevención de los trastornos alimentarios (STRIPED), de la Escuela Chan de Salud Pública de Harvard.
Si seguimos con el ejemplo de las Kardashian, podemos observar cómo en el último año, algunas de las hermanas decidieron retirar sus implantes discretamente y regresar a la estética Y2K (años 2000). Ahora Kim y Khloé son mucho más rubias, blancas y delgadas, y no tan voluptuosas como cuando fueron acusadas de apropiarse de la cultura afroamericana al inicio de sus carreras.
“Tu identidad puede estar envuelta en esto. Cuando la insatisfacción corporal persiste, cuando es grave, eso puede aumentar el riesgo de que alguien desarrolle depresión, ansiedad y trastornos alimentarios. También aumenta los riesgos de consumo de sustancias y otros comportamientos de riesgo”, agregó Austin.
También puede hacer que las personas tomen medidas más extremas para lograr “ideales limitados y dañinos, como la cirugía estética”, señaló el informe.
El precio de la exclusión por no encajar con el cánon de belleza
Los resultados asociados con la insatisfacción corporal (depresión, abuso de alcohol y drogas) permitió a los investigadores calcular también los impactos financieros, como los costos del sistema de salud, la productividad y las pérdidas de eficiencia.
Con US$84.000 millones acumulados, estos costos financieros podrían haber cubierto un año académico completo de matrícula, tarifas y alojamiento y comida para 2.9 millones de estudiantes universitarios en Estados Unidos.
“¿Qué pasaría si este dinero que se está yendo por la ventana básicamente debido a estos dañinos ideales de belleza se gastara en otra cosa?”, pregunta Austin.
Además, al menos 66 millones de personas en el país dijeron haber enfrentado discriminación basada en la apariencia en el mismo año, y sus gastos financieros y de bienestar colectivamente les costaron US$501.000 millones en 2019.
Unas 34 millones de personas experimentaron discriminación por su peso, unas 27 millones por su color de piel y otras 5 millones por la forma natural de sus cabellos.
“Es un gasto que podría desviarse a otros problemas sociales y de salud”
Dos tercios de los gastos de bolsillo nacionales para atención médica en el país podrían haberse pagado con los costos financieros de la discriminación basada en la apariencia.
“Si pudiera prevenir o reducir la cantidad de personas que experimentan insatisfacción corporal en solo un 10%, por ejemplo, podría ahorrar potencialmente más de US$8.000 millones en costos financieros”, dice Cheung.
Y el mismo enfoque para la discriminación por peso y tono de piel en la comunidad negra podría ahorrar más de US$25 mil millones, agrega. “Es un gasto que podría desviarse a otros problemas sociales y de salud”.
El informe solo analiza datos de 2019, pero la pandemia posiblemente haya afectado las cifras de 2020 y posteriores. Y si se tiene en cuenta la inflación, el precio de la insatisfacción corporal y la discriminación basada en la apariencia, sería aún más alto.
“Los costos asociados con estos impactos en realidad son asumidos por todos. Así que no es solo un costo individual. Le cuesta al gobierno, la familia y los amigos, los empleadores, las aseguradoras de salud privadas y la sociedad”, dice Cheung.
¿Qué se puede hacer?
El estudio brinda algunas propuestas de acciones que podrían reducir el costo de los estándares de belleza, como la promoción de espacios digitales más seguros, los servicios de apoyo a la salud mental, que la publicidad tome en cuenta la diversidad de cuerpos y controlar la venta de productos nocivos.
También propone fomentar una buena educación en las escuelas que promuevan la positividad y la autoestima corporal, así como incentivos fiscales y leyes que eliminen la discriminación basada en la apariencia.
El propio informe advierte que su estudio no consideró la discriminación basada en la identidad de género. Por ejemplo, no tuvo en cuenta la discriminación que enfrentan las personas transgénero o no binarias que no se presentan dentro del género binario tradicional.
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