Londres dice que la vacuna de Astrazeneca evita la muerte por COVID-19 tras suspenderse su uso en Sudáfrica
LONDRES, 8 feb (Reuters) - No hay pruebas de que la vacuna de Astrazeneca no prevenga la muerte o la enfermedad grave, y Sudáfrica solo ha impuesto una suspensión temporal del uso de la vacuna, dijo el lunes un ministro de Sanidad británico.
Sudáfrica dejará en suspenso el uso de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca en su programa de vacunación después de que datos recientes mostraran que proporciona una protección mínima contra la infección de leve a moderada causada por la variante de coronavirus dominante en el país.
"No hay pruebas de que esta vacuna no sea eficaz para prevenir la hospitalización y la enfermedad grave y la muerte, que en definitiva es lo que buscamos con estas vacunas hoy en día", dijo el británico Edward Argar a Sky.
"Las cepas dominantes en este país no son la cepa sudafricana, de la que hay un pequeño número de casos, las cepas dominantes aquí son la histórica que hemos tenido, y luego la variante Kent, contra la que esta vacuna es altamente efectiva".
Actualmente, Israel está muy por delante del resto del mundo en cuanto a vacunación por habitante, seguido de Emiratos Árabes Unidos, Reino Unido, Baréin, Estados Unidos y, a continuación, España, Italia y Alemania.
El Reino Unido, que ocupa el quinto lugar del mundo en número de muertos, ha vacunado a 12,014 millones de personas con una primera dosis. Alrededor de medio millón de personas han recibido una segunda dosis.
Aunque han surgido miles de cambios individuales a medida que el virus muta al replicarse y evoluciona hacia nuevas variantes, solo una pequeña minoría puede ser importante o cambiar el virus de forma apreciable, según el British Medical Journal.
Entre las variantes del coronavirus que más preocupan actualmente a los científicos y expertos en salud pública se encuentran las denominadas variantes británica, sudafricana y brasileña, que parecen ser más contagiosas que otras.
(Información de Guy Faulconbridge y Kate Holton; editado por Michael Holden; traducido por Tomás Cobos)