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Las tabletas pueden afectar negativamente al desarrollo emocional y social de los niños

Es un hecho comprobado que el uso excesivo de tabletas puede ocasionar graves alteraciones del sueño en adultos. Y ahora los científicos han dado un paso más allá y especulan con que el su uso en niños podrían suponer graves desequilibrios psicológicos.

Cada vez es más normal ver a un niño o a un bebé jugando con un móvil o con una tableta. Los padres utilizan muchas veces estos aparatos como una especie de ‘calmante instantáneo’: los más pequeños quedan hipnotizados ante la pequeña pantalla y dejan de hablar, de hacer ruido y de moverse. Solo tienen ojos para el gadget.

Una niña sotiene una tableta (Fotolia)
Una niña sotiene una tableta (Fotolia)



Pero esta costumbre podría ser del todo contraproducente. En un artículo publicado en la revista Pediatrics, investigadores de la facultad de Medicina de la Universidad de Boston revelan sus dudas sobre la idoneidad de que los niños utilicen estas herramientas.

Según explican, la sociedad ha interiorizado que la tele es ‘la caja tonta’ que puede hacer daño a los niños, pero cree que los teléfonos y tabletas son instrumentos educativos, y que su uso podría estar ayudando al correcto desarrollo cognitivo de sus hijos, cuando no es así.

El principal problema reside en que los los padres utilizan estos aparatos para tranquilizar cuando están inquietos. molestos o llorando. “Si este es el principal sistema para calmar a los niños o para distraerles, ¿serán capaces en un futuro de desarrollar sus propios sistemas de autorregulación?”, se preguntan.

Mejor jugar con ellos (y con juguetes)
Jenny Radesky, investigadora jefe del centro médico responsable del artículo, defiende que los más pequeños no aprenden mejor por tener una tableta delante. “Los niños menores de 30 meses aprenden más de la interacción con otros seres humanos que con la televisión u otro tipo de aparato”.

Esta doctora recomienda que los padres pasen un buen rato de juego, cariño y conversación con sus hijos, y que no haya ningún tipo de aparato por medio. Además, si los adultos no tienen tiempo, no deberían preocuparse, ya que según aconseja, es mejor pasar una hora de calidad, estando atento con los niños, que 6 horas en las que no se interactúe bien con ellos.

Radesky pone como ejemplo las construcciones con bloques. Para ella, se puede aprender más matemáticas con este tipo de juguetes que con una aplicación específica de iPad. La clave está en poder tocar. “Los juguetes tienen un papel fundamental en el desarrollo de las habilidades motoras. Pero en las pantallas táctiles se pierde toda la experiencia”, explica.

Pero los gadget no son malos para los niños un poco más mayores. Según el equipo que dirige Jenny Radesky, programas de televisión como Barrio Sésamo o aplicaciones de lectura para tabletas y móviles ayudan a aumentar la capacidad comprensiva y el vocabulario. Pero solo en niños que tengan más de 3 años.

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