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Las banderas azules en las playas, ¿el gran timo del verano?

Jorge Chamizo – ¿Quien no ha ido a una playa y se ha visto reconfortado al ver una bandera azul que supuestamente cataloga a esa zona como un lugar limpio y cuidado para bañarse y pasar un buen rato? ¿Qué político no se ha hecho alguna foto izando una bandera azul en alguna playa de su zona?

La credibilidad de este estandarte como garante de unas condiciones óptimas de las infraestructuras costeras está sin embargo claramente en entredicho. Las organizaciones ecologistas lo denostan desde hace años y ahora también muchos ayuntamientos han decidido rebelarse contra un supuesto de acreditación de la excelencia que tildan de timo, sacacuartos o de mecanismo incentivador de la destrucción de parajes naturales incomparables.

Realmente, la bandera azul es un galardón concedido por la Fundación Europea de Educación Medioambiental, quien también lo creó hace unos 20 años. Un jurado presidido por esta entidad, y formadas por otras entidades medioambientales sin ánimo de lucro que eligen ellos mismos, dice que evalúa las candidaturas presentadas por cada país. Y a su vez, estas candidaturas se deciden a nivel nacional por un mecanismo similar, y tras la evaluación de un jurado presidido por la ADEAC (Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor). Y tras pagar unos 21.000 euros al año.

De unas 800 peticiones anuales la Foundation for Environmental Education (FEE) entrega a España cada verano más de 600 galardones de bandera azul para sus puertos y playas. Si hacemos la multiplicación, el negocio es evidente.

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La Plataforma en Defensa del sector Marítimo Pesquero de Galicia denuncia la impunidad de muchos alcaldes al amparo de las banderas azules que se entregan por docenas sin control riguroso, sin garamtías sobre la calidad del entorno natural y bajo serias sospechas de irregularidades.

[También de interés: El fraude de la ‘cuentitis’ en el turismo de España se acaba]

Pladesemapesga denuncia que muchas playas urbanas, de un litoral sobre explotado sin un solo pez bajo sus aguas, goza de bandera azul muchas de ellas clavadas justo en las salidas de desagües de aguas fecales sin depuradoras, según recoge Diario Maritimo.

La Plataforma denuncia también que una de cada siete banderas otorgadas en el mundo van a parar a nuestro litoral, algo inaudito y que ni una sola organización ecologista del mundo ha asistido a la entrega de las banderas en ningún municipio.

En Baleares también son combativos contra este tinglado. El verano pasado perdió 12 banderas y el consejero de Turismo, Biel Barceló, dice que es un castigo por “no pagar a la empresa” que las entrega, sugiriendo que son un sello de excelencia que se compra con dinero. Un año después, el discurso, según El Confidencial, no varía: “No vamos a pagar por pertenecer al club de banderas azules cuando es algo que no nos aporta nada. No entiendo por qué se les sigue dando tanta importancia. En Baleares tenemos muchas playas en las que no queremos que jamás ondee una bandera azul”, sentencia Pilar Carbonell, directora general de Turismo del Gobierno de Baleares.

La realidad es que nadie fuera de España da un valor especial a estas banderas, no es un sello que un turista europeo asocie a excelencia y ni siquiera la UE lo apoya”, sostiene la directora general de Turismo de Baleares. “Ese gasto de 21.000 euros anuales no nos supone ningún retorno, porque ellos [Banderas Azules] ni siquiera hacen análisis de agua propios, se basan en los de nuestra Consejería de Salud. Y luego para dar una bandera exigen instalaciones como paseos marítimos, baños, duchas y otras cosas que van en contra de lo que nosotros entendemos por calidad de playa. No vas a construir un paseo marítimo en una playa natural para poder tener una bandera, no tiene sentido”.

Jose Ramón Sánchez Moro, presidente de Adeac, la asociación que gestiona las banderas en España bajo supervisión internacional de la Fundación para la Educación Medioambiental (FEE en sus siglas en inglés), se defiende. “Si no quieren las banderas, que no las pidan, que se aguanten. ¿Que dicen que esto es un negocio? Pues claro que lo es, es el mejor negocio para los españoles, que pagan de media 250 euros (por playa) por un galardón apoyado por Naciones Unidas, en lugar de 2.000 o 4.000 euros por un cartoncito que la gente ni conoce”, dice en referencia a Q de Calidad o las certificaciones de Aenor ISO 9001 e ISO 14001 que ondean en cada vez más playas.

“Es una marca publicitaria, un producto comercial diseñado para lavar las vergüenzas de los políticos por no tener el litoral en condiciones. Es más barato darle unos miles de euros a Adeac y hacerse una foto que invertir tres millones de euros, como necesita Vigo por ejemplo, en comprar una depuradora de aguas o en evitar los cientos de vertidos tóxicos”, opina Fins Eirexas, secretario ejecutivo de la AsIociación para la Defensa Ecológica de Galicia (Adega).

Una enmienda a la totalidad de este tinglado. Tendremos que seguir otras referencias para bañarnos de forma confiada en nuestras playas.

IDNet Noticias