La moda del lapislázuli en Instagram podría estar financiando a los talibanes
Atribuir propiedades curativas y espirituales a las piedras puede parecer cosa del pasado pero, sorprendentemente, todavía hay mucha gente que mantiene estas creencias. El auge de las llamadas “terapias alternativas” unido a las modas que se propagan rápidamente en las redes sociales hace que el mercado de los minerales siga siendo todo un éxito.
Sin embargo, esta nueva moda podría estar teniendo una grave e inesperada consecuencia que se suma a todos los problemas que acarrean las pseudociencias: nada menos que financiar a los talibanes.
El lapislázuli es una piedra semipreciosa a la que se ha relacionado simbólicamente con la verdad y la amistad. Se ha utilizado para supuestamente invitar al amor y la armonía y proteger las relaciones y basta con hacer una búsqueda en Instagram para comprobar que está de moda: 1,3 millones de publicaciones en esta red social están etiquetadas con #lapis y la misma cantidad llevan el hashtag #lapislazuli.
Más allá del debate sobre la conveniencia o no de alimentar supercherías, la moda del lapislázuli puede ser mucho menos inofensiva de lo que parece. Y es que esta preciada piedra de color azul intenso se extrae casi exclusivamente en Afganistán, donde el 70% de los beneficios de su venta se destina a los talibanes según la agencia Associated Press.
La elevada demanda de la gema, unida a la minería ilegal y el contrabando, la convierten en un “mineral de conflicto”. Según señala Teen Vogue, los talibanes no sólo controlan el acceso a las minas, sino que también obtienen una parte de los mineros ilegales.
Muchos compradores ignoran esta conexión y, entre los minoristas, los hay que la han descubierto tarde. Algunos se han negado a seguir vendiendo los cristales; otros, en cambio, sostienen que “el daño ya está hecho” y no han querido retirar el producto de sus mostradores. Se espera que las grandes empresas adopten prácticas responsables y se elabore una iniciativa similar al proceso de Kimberley, un sistema de certificaciones diseñado para evitar que los diamantes conflictivos entren en el mercado.