La paradoja española: a pesar de los millones de parados, hay miles de puestos de trabajo que quedan desiertos
En España hay 3.767.054 parados, según los últimos datos oficiales. Pero a la vez no hay suficiente trabajadores. Ese es el contradictorio panorama que pinta un artículo publicado en Bloomberg sobre el empleo en nuestro país.
En la pieza, en la que se entrevista a dos cazatalentos, uno del portal de empleo Randstad y otro de la consultora Ackermann, se denuncia que en las personas que no tienen trabajo en la actualidad no han sabido reinventarse para poder asumir las responsabilidades y los desafíos que los nuevos puestos exigen. ¿El resultado? Las grandes empresas son incapaces de encontrar candidatos idóneos, y eso a pesar de que el mercado está repleto de gente deseosa de tener un sueldo.
Los perfiles que más cuesta encontrar son los de matemáticos, enfermeros geriátricos, cuidadores… Randstad predice que en los próximos dos años habrá hasta dos millones de puestos que serán difíciles de cubrir con profesionales españoles, lo que obligará a las empresas a importar talento, toda una paradoja en una nación con tanto desempleo.
Según se analiza en el reportaje, uno de los posibles causantes de esta extraña situación podría estar en la salida que España está tomando para salir de la crisis: la devaluación del capital humano. Las empresas cada vez pagan sueldos más austeros, lo que hace que el esfuerzo no se reconozca, y los empleados prefieran o cobrar el paro o no formarse en otras áreas.
Otro de los problemas a los que se enfrenta el país es el de las pensiones. Los sueldos elevados recaudarían más dinero para la seguridad social, y así no había problemas para hacer frente a los pagos para los jubilados. Pero al no haberlos, el sistema pende de un hilo.
A Bloomberg también le llama la atención que este tema no se haya tratado en campaña, como tampoco se ha hablado de la enorme tasa de fracaso escolar que tienen los alumnos españoles. Sin embargo, en los mítines y en los debates sí se ha hablado de otros temas con mucho menor impacto sobre la vida de los ciudadanos, como las clases de religión o el uso de las lenguas oficiales.
Otro de los problemas que tienen las empresas españolas es el bajo nivel de sus ejecutivos. De acuerdo a un informe publicado en 2015 por el Banco de España, los directivos de nuestro país son los peores de Europa, y solo los griegos están peor considerados. Este aspecto podría estar frenando la expansión de la economía y alargando una de las grandes lacras que asola a nuestro sistema laboral: la productividad.
Para los entrevistados en el reportaje, la solución a estos problemas estaría en el aumento de la formación en tecnología, lo que permitiría a las empresas contratar a empleados válidos y darles un sueldo acorde a sus habilidades.