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Impuesto a la riqueza para 700 multimillonarios de EE.UU.: el plan demócrata para pagar la agenda de Joe Biden

Warren Buffett junto a Bill Gates
Warren Buffett junto a Bill Gates

WASHINGTON.- Estados Unidos comenzó a discutir en el Congreso una idea resistida en la primera economía global: un impuesto a la riqueza, que caería sobre apenas unos 700 multimillonarios del país como Jeff Bezos, Elon Musk, Bill Gates o Warren Buffet.

Los demócratas en el Senado presentaron oficialmente este miércoles un plan para elevar la factura que pagan al gobierno federal los contribuyentes más adinerados, una propuesta que en los papeles equivale a un impuesto a la riqueza para pagar una parte de la ambiciosa agenda doméstica del presidente Joe Biden, que incluye inversiones en infraestructura, programas para combatir el cambio climático y una significativa ampliación del gasto social.

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El plan demócrata fue presentado como un “impuesto a los multimillonarios” pero en realidad contempla una modificación de un tributo ya existente, el impuesto a las ganancias de capital –un tributo distinto del impuesto a las ganancias que pagan asalariados y empresas por sus rentas anuales– que alcanzaría a los contribuyentes que tienen un patrimonio de más de 1000 millones de dólares, incluidos activos financieros, como acciones, o que han percibido un ingreso anual de más de 100 millones de dólares durante los últimos tres años.

Bill Gates
Bill Gates


Bill Gates

La expansión del impuesto a los más ricos forma parte de una reforma tributaria más amplia que los demócratas intentan aprobar en el Capitolio para financiar la agenda doméstica de Biden, incluido un plan de “infraestructura social” que originalmente contemplaba gastos e inversiones por alrededor de 3,5 billones de dólares durante una década, pero fue recortado a menos de dos billones de dólares –hasta ahora– para lograr el respaldo de todos los moderadores y progresistas en el Congreso, sobre todo en el Senado. Las negociaciones, que incluyen a la Casa Blanca, aún no han terminado.

“El presidente respalda el impuesto a los multimillonarios, y espera trabajar con el Congreso para asegurarse que los norteamericanos que más ganan paguen su justa parte”, dijo la vocera presidencial, Jen Psaki.

La idea de elevar las contribuciones de los multimillonarios del país se ha discutido desde hace tiempo en la alta política de Estados Unidos, pero siempre ha encontrado resistencia. La idea además podría zozobrar en la Justicia. La senadora demócrata Elizabeth Warren propuso el año pasado, durante la campaña presidencial, cobrar un impuesto de dos centavos de dólar al patrimonio de los “ultraricos”.

El senador Bernie Sanders, líder del ala progresista demócrata, quiso colocar un impuesto anual a la “riqueza extrema”, similar al de Warren, pero con alícuotas progresivas. El plan que barajan ahora los demócratas en el Congreso es mucho más modesto, y, en rigor, amplía un tributo sobre las ganancias financieras en vez de crear un impuesto nuevo.

Elon Musk, director general de Tesla
Elon Musk, director general de Tesla


Elon Musk, director general de Tesla

La ofensiva para que los más ricos del país le paguen más al fisco cobró fuerza durante la pandemia del coronavirus, que profundizó la desigualdad económica en Estados Unidos a medida que millones de trabajadores perdieron sus empleos y los millonarios vieron crecer el valor de sus patrimonios a la par de la fuerte suba de las acciones en Wall Street, una brecha que llevó a los economistas a hablar de una recuperación en forma de “K”. El valor de Amazon, fundada por Jeff Bezos, casi se duplicó desde principios de 2020. El precio de la acción de Tesla, de Elon Musk, se multiplicó por 10 durante la pandemia.

El plan ha sido rechazado de plano por los republicanos, que también le bajaron el pulgar a la ambiciosa ampliación del gasto público de Biden para combatir el cambio climático y ampliar el alcance de los programas sociales del gobierno federal, una idea que la oposición equipara al socialismo tradicional.

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Los demócratas han tenido enormes dificultades para unirse y sacar la agenda de Biden del Congreso. El principal escollo han sido dos senadores demócratas, Joe Manchin y Kyrsten Sinema, quienes primero se opusieron a aprobar una ampliación del gasto tan grande como la que quería Biden, y después rechazaron también una idea de elevar el impuesto a las ganancias que pagan las empresas. Ante esa realidad, los demócratas comenzaron a buscar otras alternativas para financiar su agenda, entre ellas, el plan para cobrarle más a los más ricos. Pero esa idea también ha encontrado resistencia.

Manchin mostró reparos para aprobar un impuesto a la riqueza, al afirmar que es divisivo y no le gustaba la idea de “apuntar” contra un grupo específico de contribuyentes, y además Estados Unidos debería estar contento por ser capaz de producir riqueza. Dijo que prefiere un “impuesto patriótico” que fije un piso del 15% a quienes “han sido bendecidos y prosperaron” en la economía. El rechazo de Manchin puede terminar de hundir toda la iniciativa.