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La huella cerebral, el sistema de identificación del futuro

SAN SEBASTIÁN (Reuters) - Los documentos de identificación, las llaves para entrar en la oficina e incluso las engorrosas claves que utilizamos para registrarnos en Internet podrían desaparecer en menos de una década. "Sitúese frente a la puerta", sugiere una voz pregrabada de mujer. "Por favor, espere a que el ordenador escanee su cerebro", añade la voz de un sistema ideado en San Sebastián que permite reconocer a las personas leyendo las características únicas de su actividad cerebral. El sistema, creado por el Basque Center for Cognition, Brain and Language (BCBL), podría ser la forma de abrir la puerta del hogar en el futuro. Sus creadores dicen que se podría realizar una identificación sin posibilidad de error, sin riesgo de robo de identidad y a prueba de coacciones externas. El investigador del centro vasco Blair Armstrong trabaja en la ciencia básica que puede hacer posible este sistema de identificación en colaboración con la profesora Sarah Laszlo en la State University de Nueva York. Al igual que la nueva generación de 'smartphones' emplea las huellas dactilares como sistema de acceso a los teléfonos, la investigación de Armstrong busca definir la huella cerebral y se basa para ello en la memoria semántica de cada persona. "El significado que otorgamos a cada palabra es diferente en las personas. Si decimos abeja todos pensamos en un insecto, pero la memoria semántica que viene dada por nuestra experiencia nos sugiere distintos significados, y abeja no será lo mismo para un alérgico, que para un apicultor o para quienes vieron los dibujos de la abeja Maya", dijo a Reuters Blair Armstrong. Son precisamente esas diferencias en el significado de las palabras para cada individuo y su relación semántica con otras palabras lo que convierten el intercambio de información entre las neuronas del cerebro en un patrón único e intransferible. Es la huella cerebral de cada individuo. "La gente piensa que su conocimiento general respecto al mundo es bastante similar, pero en realidad nuestra visión del mundo es individual, como para identificar sin posibilidad de error a cada persona", señaló Armstrong. A partir de ahí, el investigador del BCBL ha construido un sistema que automatiza la identificación de los patrones cerebrales por medio de un algoritmo y es capaz de reconocer ya a cada persona en un 94% de las ocasiones. "Esta tecnología -explica Armstrong- es imposible de falsificar como puede ocurrir con las huellas dactilares e incluso nos protegerá contra la coacción de aquellos que, por ejemplo, requieren nuestra huella cerebral para acceder al cajero de nuestro banco". El investigador estadounidense explica que "cuando alguien está bajo estrés o se siente forzado, las conexiones entre las neuronas y las regiones cerebrales varían, y 'hackear' sus cuentas corrientes, acceder a su dinero o abrir la puerta de su casa sería imposible". Armstrong, quien ya ha publicado sus trabajos en la revista científica "Cognitive Science Society", prevé que, dado el grado de desarrollo en electroencefalografía, en dos o tres años existirán pequeños equipos pilotos de identificación por huella cerebral y augura que en una década el sistema de la huella cerebral estará establecido en el mercado.