Hollywood conoce bien su problema de carbono

(Bloomberg) -- Generadores diésel ... Emellie O’Brien tenía en mente los chirriantes y escandalosos dispositivos durante los Golden Globe Awards del mes pasado, y los tendrá nuevamente durante los Premios de la Academia el domingo. O’Brien consulta con estudios de cine sobre formas de reducir su huella de carbono, para que cuando estrellas como Joaquín Phoenix y Cate Blanchett suban al escenario y comiencen a hablar sobre el flagelo del cambio climático, ella sepa mejor que la mayoría lo que está sucediendo.

A medida que el cambio climático se ha vuelto más visible y apremiante, estudios de Hollywood han hecho esfuerzos para detener ciertas prácticas contaminantes. Algunos están haciendo la transición a energía solar, mientras que otros se están centrando en medidas de ahorro de energía, como reducir el desperdicio y usar bombillos LED en el set. Pero hay un largo camino por recorrer antes de que la industria del cine se alinee con los objetivos climáticos propuestos por estrellas y científicos por igual.

“Creo que muchas producciones están prestando atención a esto y están haciendo un esfuerzo”, dice O’Brien, cuya compañía se llama Earth Angel. “Pero la gente simplemente no está hablando de esto lo suficiente. Y eso hace que sea realmente difícil evaluarlo”.

Muchas de las características de la ineficiencia no han cambiado desde que O’Brien comenzó a consultar por primera vez en 2013: montones de comida desperdiciada, sonido que consume mucha energía, dependencia del plástico de un solo uso y viajes frecuentes en avión. En algunos aspectos, la industria ha empeorado. Los cineastas tienen un uso creciente de gráficos generados por computador, por ejemplo, y esto se suma al presupuesto de energía de un proyecto.

Douglas Rheinheimer, vicepresidente de servicios de estudio en Paramount Pictures y la persona que obtiene energía para el lote del estudio en Hollywood, considera que administrar las emisiones es parte de su trabajo. Una de las mayores oportunidades que vio para reducir las emisiones se produjo en 2011, cuando las tarifas de energía convencional aumentaban aproximadamente 7% por año. Según documentos presentados ante la alcaldía de Los Ángeles, el lote de Paramount consumía más de 40 millones de horas kilovatio de electricidad al año, aproximadamente tanto como una pequeña ciudad. Los crecientes costos amenazaron con aplastar el presupuesto de Rheinheimer.

La energía solar no era una opción, ya que muchos de los edificios en el lote del estudio datan de antes de la Segunda Guerra Mundial y podrían colapsar bajo el peso de los paneles. Muchas de las piezas icónicas del lote utilizadas en películas como El Padrino y Sunset Boulevard están en registros históricos, lo que limita los cambios. El estudio finalmente se decidió por un proyecto de energía alternativa que involucraba pequeñas turbinas que funcionaban con gas natural, que reducían las emisiones en 35% por año pero continuaban dependiendo de combustibles fósiles.

Varias veces al año, Rheinheimer se reuniría con representantes de Warner Bros., Disney Corp., Sony Pictures y otros estudios para compartir lo que estaba aprendiendo. Todavía se reúnen a veces para hablar sobre la reducción del carbono, dice, pero “se ha desvanecido un poco”.

Si bien algunos cambios se pueden hacer de manera asequible y permanente en el lote, muchas producciones son como un circo que se mueve entre ciudades para incorporar diferentes entornos. La única forma confiable de alimentar las luces y los remolques es haciendo funcionar generadores alimentados por diésel, el producto de petróleo refinado más contaminante. El diésel emite casi 40% más de dióxido de carbono que el gas natural cuando se quema.

La mayoría de los estudios intentan rastrear el impacto de esos generadores, junto con otras actividades de emisión. Los datos se compilan en un informe de huella de carbono para cada película o programa de televisión, utilizando un formulario diseñado por miembros de Green Production Guide, una iniciativa patrocinada por la mayoría de los principales estudios. Sin embargo, esos informes se mantienen privados, lo que dificulta conocer el impacto ambiental de cualquier película. La falta de transparencia también dificulta el seguimiento de si las producciones se están volviendo más sostenibles en promedio. Solo una empresa matriz de un estudio importante, Sony, recibió una calificación “A” en el proyecto Carbon Disclosure Project, que evalúa lo que las empresas revelan sobre su impacto ambiental.

Mike Slavich, director de sostenibilidad de WarnerMedia, quisiera cambiar a generadores de combustión más limpia, un objetivo compartido por Rheinheimer de Paramount. Pero sin alternativas o incentivos financieros como créditos fiscales, el progreso es lento. Las audiencias hasta ahora tampoco están exigiendo que las producciones reduzcan su huella de carbono. En todo caso, el apetito por las epopeyas gráficas visualmente deslumbrantes ha dado a los estudios el mensaje opuesto.

Joaquín Phoenix, cuyo discurso apasionado en los premios Globo de Oro 2020 incluyó una advertencia a sus compañeros famosos pidiendo que redujeran sus viajes en jet privado, solicitó a su agencia de talentos, WME, que eliminara la carne del menú de su fiesta de los Oscar por razones climáticas. WME acordó hacer el cambio, según una portavoz.

Un representante de WME dijo que Phoenix no estaba disponible para comentar sobre las medidas que toma en el set para reducir las emisiones. Otros cuatro actores que dieron discursos sobre los incendios australianos y el cambio climático en los Globos de Oro, incluidas Blanchett y Patricia Arquette, tampoco estuvieron disponibles para hablar sobre las medidas que toman en el set, según publicistas, así como los defensores del clima Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo .

No importa lo que pase en el escenario, los presentadores y ganadores de los Oscar el domingo recibirán recordatorios sobre el cambio climático.

Nota Original:With Oscars Imminent, Hollywood Knows It Has a Carbon Problem

Para contactar al editor responsable de la traducción de esta nota: Carlos Manuel Rodríguez, carlosmr@bloomberg.net

Reportero en la nota original: Kelly Gilblom en Los Angeles, kgilblom@bloomberg.net

Editores responsables de la nota original: Jillian Goodman, jgoodman74@bloomberg.net, Aaron Rutkoff

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