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Guatemala, tierra de contrastes

GUATEMALA (AP) — La casa de mi infancia ya no existe y tampoco el restaurante chino de al lado. Pero mi calle en el centro de la ciudad de Guatemala sigue tan concurrida como antes.

Los autobuses pasan soltando sus emisiones. Los autos vuelan por esa arteria de una sola mano. Los negocios venden de todo, desde vestidos de novia hasta golosinas. Pero la pintura de muchos edificios está descascarada, signo de que los años no pasan en vano.

Dejé mi calle en la Zona 1 de la ciudad hace más de 20 años, cuando mi familia se mudó al norte, a Estados Unidos. Nos terminamos radicando en Seattle, donde hoy me siento como en casa. Volví hace poco, en mi primer viaje en cinco años, para ver a mi familia y mostrarle a mi novia el país donde pasé mi primera década. Quería que viese los contrastes de Guatemala: su centro caótico, su pobreza y su miseria, así como la belleza de su gente, su gran historia y sus atractivos naturales.

Yo también necesitaba volver a ver todo eso.

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ANTIGUA

Pasamos por la calle de mi infancia el tiempo necesario para sacar algunas fotos y después nos fuimos de la capital. Si bien ir a mi ciudad era importante para mí, generalmente le digo a quienes van por primera vez a Guatemala que eviten la ciudad y se vayan directamente a Antigua. Hay transportes que llevan a Antigua desde el aeropuerto (por unos 30 dólares) y taxis (los precios varían, nosotros pagamos 50 dólares). El viaje toma entre 45 minutos y dos horas, dependiendo del tráfico.

Antigua fue fundada en 1543 y fue la capital territorial española. Fue abandonada tras una serie de terremotos y reconstruida. Cuenta con hermosos edificios e iglesias coloniales, grandes mercados tradicionales, calles de piedra, edificios pintados con colores vibrantes, restaurantes de comida típica caros, bares y hasta una fábrica de cerveza artesanal, algo perfecto para visitantes como yo a los que les encanta la cerveza. Los visitantes también pueden arreglar viajes en buses o visitas guiadas a haciendas cafeteras y a los volcanes de las inmediaciones. Las excursiones a los volcanes pueden tomar entre seis horas y dos días. Dos volcanes están activos y es posible acercarse lo suficiente como para ver la lava que fluye.

Hay hoteles para todos los precios. Nosotros nos alojamos en el Porta Hotel, de 140 dólares la noche, en una antigua casona colonial que fue convertida en un estupendo hotel con un restaurante, piscina y un pequeño gimnasio.

La ciudad se ve colmada cuando hay festividades religiosas, incluidas las pomposas procesiones de Semana Santa, entre el Domingo de Ramos y las Pascuas.

PLAYAS

Guatemala tiene una pequeña costa hacia el Caribe. Pero del lado del Pacífico, hay kilómetros y kilómetros de playas de arena negra y fuerte oleaje.

Una de las playas más cercanas a Antigua es la de Monterrico, un pequeño pueblo a dos horas y media de auto. El transporte ida y vuelta desde Antigua cuesta 20 dólares. Nosotros alquilamos un pequeño auto automático por 40 dólares el día.

La playa estaba llena de casas, hoteles, hostales y restaurantes. Nos alojamos en el Café del Sol, que tiene una estructura sobre la playa con pequeñas habitaciones, un restaurante y bar, y un complejo más grande, con dos piscinas y habitaciones más amplias. Nuestra habitación (60 dólares la noche) era sencilla, espaciosa y con aire acondicionado. Nos acostamos en hamacas y nos metimos en el agua, aunque son tan bravas que son más aptas para nadadores avezados.

PARQUE NACIONAL TIKAL

Quería que mi regreso a Guatemala fuese el inicio de un nuevo período en mi vida. Y sabía cuál era el sitio ideal para ello: El Parque Nacional Tikal en el norte del país.

Fuimos en avión. Pagamos 230 dólares y tomó 40 minutos. La alternativa era un autobús desde la ciudad de Guatemala, más barato pero que toma ocho horas.

Hay visitas en grupo y privadas. Contratamos un guía privado por 90 dólares. El sitio se encuentra en la selva, por lo que conviene llevar agua, aunque hay varios puestos que venden cerveza, agua y algunas cosas para comer al paso. En Guatemala hay mosquitos portadores del virus del zika y los repelentes no los espantaban del todo en Tikal ni en las playas.

Entre las cosas que vimos figuró un sacrificio de una gallina hecho por un grupo de indígenas.

Tikal, las ruinas excavadas de lo que fue alguna vez una gran ciudad-estado, exhibe el esplendor de mis antepasados, con gigantescos templos, edificios del gobierno y casas para las clases gobernantes. Sus líderes conservaban el poder por la fuerza y alimentando bien a su gente. Nuestro guía explicó que la deforestación probablemente contribuyó a la desaparición de esta poderosa civilización, porque los gobernantes arrasaron con los bosques para construir templos de piedra.

La plaza central tiene dos templos. Uno puede subir por unos escalones de madera hasta la cima de dos de ellos, uno en la plaza y otro llamado Templo IV. Aquí se filmó una toma de "Star Wars: A New Hope" que muestra el planeta donde se inicia la Rebelión.

Desde la parte alta del templo pudimos ver la selva inacabable, que llega hasta el horizonte, y templos que sobresalen por entre las copas de los árboles. Los sonidos de los pájaros y otros bichos llenan el aire. El cielo se puso rosado con la caída del sol.

Tomé un último sorbo de mi cerveza tibia y decidí que este era el sitio --como un turista en mi patria-- para proponerle matrimonio a mi novia. Ella dijo que sí y comenzó un nuevo capítulo.

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Manuel Valdés puede ser contactado en http://twitter.com/ByManuelValdes