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Françoise Bettencourt: 6 cosas que quizás no sabías de la mujer más rica del mundo

Françoise Bettencourt es multimillonaria, escritora, pianista y filántropa (Foto:Getty)
Françoise Bettencourt es multimillonaria, escritora, pianista y filántropa (Foto:Getty) (AFP Contributor via Getty Images)

Françoise Bettencourt es la heredera de la empresa de cosméticos francesa L’Oréal y esta circunstancia la ha convertido en la mujer más rica del mundo por atesorar, hasta ahora, 74,8 mil millones de dólares.

Tiene 68 años. Nació el 10 de julio de 1953 en Neuilly-sur-Seine en Francia y se convirtió en la heredera de L’Oréal cuando su glamorosa madre Liliane Bettencourt falleció a los 94 años en el año 2017 dejando en ese entonces una fortuna de 39,5 millones de dólares.

A continuación, 6 aspectos interesantes de la vida de la multimillonaria que ya cumplió dos años en el tope de la lista de las mujeres más ricas del mundo según las últimas listas Forbes.

1.- Subdirectora de una empresa de 113 años

La empresa L'Oréal fue fundada por el abuelo de Françoise Bettencourt en 1909 (Foto:Getty)
La empresa L'Oréal fue fundada por el abuelo de Françoise Bettencourt en 1909 (Foto:Getty) (Robert Way via Getty Images)

Françoise era la única hija de Liliane Bettencourt quien a su vez fue la hija única de su padre, Eugène Paul Louis Schueller, un químico que logró la mezcla de ingredientes para crear un tinte de pelo menos tóxico al introducir la parafenilendiamina. El nombre del producto estrella que lo convertiría en el padre de un imperio era “Aureale”, que traducido al español sería aureola o halo.

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Schueller empezó su negocio vendiendo su innovador tinte a los peluqueros de Francia, montó su fábrica y después fundó la empresa L’Oreal en 1909.

Liliane, quien quedó huérfana de madre a los 5 años, fue testigo del crecimiento de L’Oreal y allí empezó a trabajar como aprendiz de su padre a los 15 años, no solo mezclando fórmulas cosméticas, sino también etiquetando los envases de champú.

Eugène murió en 1957 y su empresa fue heredada por Liliane que ya tenía siete años casada con André Bettencourt, quien fue ministro del gobierno francés y pasó a asumir la presidencia de L’Oreal.

En la actualidad Françoise posee alrededor de 33 % de las acciones de L’Oreal y sus dos hijos Jean-Victor Meyers y Nicolás Meyers forman parte del directorio al igual que ella.

Con el paso del tiempo L’Oreal se ha anexado otras marcas de cosméticos como Maybelline, Lancome, NYX Cosmetic y Garnier.

2.- Riña con su difunta madre

Françoise Bettencourt junto a su madre Liliane (Foto:Getty)
Françoise Bettencourt junto a su madre Liliane (Foto:Getty) (Pascal Le Segretain via Getty Images)

Liliane Bettencourt no vio con buenos ojos que su hija Françoise se casara en 1984 con Jean-Pierre Meyers, el nieto de un famoso rabino asesinado por Hitler, mucho menos aprobó que decidiera convertirse al judaísmo y educar a sus dos hijos en esta religión.

Los padres de Françoise no eran simpatizantes de los judíos y su abuelo tampoco.

Durante la ocupación nazi en Francia, el abuelo Eugène fundó el Movimiento Social Revolucionario con el apoyo de los alemanes, una organización que se oponía a los judíos, al bolchevismo y a los masones.

Gracias al Movimiento, Eugène conoce a André Bettencourt, quien termina casado con su hija Liliane.

Pero a pesar de la actividad antisemita de la familia de Françoise, nunca se supo que Liliane impidiera que Meyers ocupara importantes cargos directivos en L’Oréal.

El conflicto que realmente amenazó con destruir la relación entre madre e hija las llevó incluso ante un juez.

En el año 2007, Françoise demandó a un fotógrafo llamado François-Marie Banier quien tenía una relación de amistad muy cercana con su madre y, según la ahora heredera, este hombre se aprovechó de la debilidad de la anciana para desviar más de 1.300 millones de dólares, además de obras de arte.

Liliane admitió abiertamente, en varias oportunidades, que le divertía la compañía de Banier y que le había dado algunos regalos como cuadros de Matisse, Picasso o Léger, además de dinero y seguros de vida.

Como resultado de este proceso judicial, Banier fue encontrado culpable de abusos y lavado de dinero y sentenciado en 2015 a tres años de prisión y a pagar 173 millones de dólares por daños a la familia.

La historia fue seguida de cerca por los medios pues, además de tener protagonistas famosos y millonarios, estaba adornada con giros novelescos como el hecho de que varias de las conversaciones entre Liliane y Banier fueron grabadas por el mayordomo Pascal Bonnefoy, quien tenía 20 años trabajando para la millonaria de 87 años.

Bonnefoy dijo entonces que grabó las conversaciones porque no podía soportar ver que la anciana era “abusada por personas sin escrúpulos”.

Françoise alegó que su madre sufría de “debilidad mental” y se encontraba en un estado frágil de salud lo que la hizo susceptible a las manipulaciones del fotógrafo, unas afirmaciones que le cayeron muy mal a Liliane que rechazó que su hija insinuara que ella no estaba capacitada para encargarse de la fortuna familiar, la empresa o su propia vida.

Liliane acusó entonces a su hija de estar celosa del fotógrafo.

Asimismo, y en el marco de esta crisis, salió a la luz otro escándalo que puso la lupa en el hecho de que Liliane supuestamente estuvo dando dinero a Eric Woerth, ministro de Economía y Trabajo de Nicolás Sarkozy, para evadir impuestos.

Toda esta situación derivó en que Liliane estuvo cada vez más tutelada por sus familiares y en sus últimos años recibió cuidados para tratar el Alzheimer.

3.- Discreta y austera

La heredera siempre ha querido tener un perfil bajo (Foto: Getty)
La heredera siempre ha querido tener un perfil bajo (Foto: Getty) (FRANCOIS GUILLOT via Getty Images)

Es una mujer humilde. Suena increíble que siendo la más millonaria de las mujeres en todo el planeta, ella prefiera viajar en aviones comerciales y no en jet privado.

Su atuendo siempre es sobrio y sencillo, al punto que incluso su madre le criticaba ser tan poco preocupada por lucir glamorosa.

Le gusta ir a caminar en el gran parque Bois de Boulogne con una sencilla ropa deportiva y hay quien señala que el único lujo que se ha permitido es ir eventualmente a un lujoso restaurante chino de París.

No es fácil conseguir fotos de la heredera o de su familia pues siempre ha preferido mantener un perfil bajo. La prueba más clara de que no ha querido fama o llamar la atención es que nunca ha dado una entrevista ni se le conocen excentricidades de multimillonaria.

4.- Filántropa

La filántropa en la entrega de uno de los premios que da la Fundación Bettencourt Schueller (Foto:Getty)
La filántropa en la entrega de uno de los premios que da la Fundación Bettencourt Schueller (Foto:Getty) (Bertrand Rindoff Petroff via Getty Images)

Sus actividades filantrópicas las desarrolla a través de la Bettencourt Schueller Foundation de la que es presidenta.

Esta fundación apoya proyectos científicos, así como culturales y artísticos.

Cada año se entregan los premios Bettencourt para jóvenes investigadores a 14 nuevos doctores en ciencias o medicina para que hagan sus postgrados.

También está el premio Bettencourt “Coups d’élan pour la recherche française” que año tras año premia a los laboratorios públicos de investigación biomédica por mejorar su infraestructura y condiciones de trabajo de los investigadores en ciencias de la vida.

En materia cultural, la fundación ofrece, entre otros, el premio Liliane-Bettencourt de la mano que procura la promoción de la artesanía fina.

Además, esta organización ha participado en la financiación de las obras de reconstrucción de la catedral de Notre Dame, proyecto en el que ha invertido 226 millones de dólares.

También se ha conocido del finciamiento que ha hecho esta fundación en proyectos de investigación en neurociencia y autismo.

5.- Su pasión es aprender y escribir sobre religión y mitología

Françoise Bettencourt y su esposo Jean-Pierre Meyers (Foto:Getty)
Françoise Bettencourt y su esposo Jean-Pierre Meyers (Foto:Getty) (Bertrand Rindoff Petroff via Getty Images)

Quienes han intentado abrir el velo que oculta la discreta vida de Françoise y analizar su personalidad, la han descrito como una mujer extremadamente moderada que evita los eventos de la alta sociedad y, en cambio, prefiere escribir sobre religión y mitología, o tocar el piano.

La también millonaria estudió relaciones internacionales judeo-cristianas y ha dedicado buena parte de su tiempo a intentar entender estas dos religiones.

Françoise no sólamente ha hecho evidente su inquietud por unir los lazos judeo-cristianos al casarse con un hombre judío y ella misma convertirse al judaísmo, sino que ha decidido, además, plasmar por escrito sus análisis y reflexiones.

Publicó un volumen de cinco tomos llamado “Una Mirada a la Bíblia” en el que diserta acerca de la importancia de las relaciones entre el cristianismo y el judaísmo, una actividad aderezada por el hecho público de que su abuelo fue señalado de colaborar con los nazis.

También escribió un libro sobre mitología llamado “Los dioses griegos”.

6.- La familia es lo primero (y en el negocio también)

Francoise Bettencourt con su esposo Jean-Pierre Meyers y sus hijos Jean-Victor y Nicolas Meyers (Foto:Getty)
Francoise Bettencourt con su esposo Jean-Pierre Meyers y sus hijos Jean-Victor y Nicolas Meyers (Foto:Getty) (Bertrand Rindoff Petroff via Getty Images)

Los analistas de fortunas multimillonarias aseguran que uno de los trucos para construir un emporio como L’Oréal es mantener el negocio en manos de la familia y eso es lo que ha pasado con la gigante francesa desde que el abuelo Eugène la fundó tras inventar un tinte de pelo menos tóxico.

Y así como Eugène legó la compañía a su hija Liliane, ésta se la pasó a Françoise y ella se la entregará a sus hijos Jean-Victor y Nicolás quienes desde hace ya varios años han asumido buena parte de las responsabilidades.

En 2011, por decisión de un juez, Jean-Victor, el nieto mayor de Liliane que hoy cuenta con 36 años, pasó a convertirse en el tutor de la abuela, que a sus 88 años ya daba indicios de padecer Alzheimer.

Jean-Victor se unió al consejo de administración de L’Oréal en 2012 en reemplazo de su abuela.

También asumió la tarea de ser intermediario en la comunicación entre su abuela y su mamá, unas relaciones deterioradas a través de las críticas mutuas y los litigios.

Jean-Victor ya creó su propia línea de ropa masculina llamada Exemplaire aunque tal parece que el próximo heredero también prefiere mantenerse alejado de las cámaras y de la fama.

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