Un popular "fotógrafo" que ha acumulado casi 30.000 seguidores en Instagram ha admitido que sus retratos son en realidad generados por inteligencia artificial (IA). Jos Avery lleva publicando sus impresionantes "fotos" desde octubre del año pasado y engañando a su público haciéndole creer que son auténticos retratos, incluso describiendo el equipo de cámara que utiliza.
Avery explica a Ars Technica que se propuso "engañar a la gente": "¿La gente que se maquilla en las fotos lo revela? ¿Y la cirugía estética? Toda fotografía comercial de moda tiene una fuerte dosis de Photoshop, incluida la sustitución del cuerpo de los famosos en las portadas de las revistas".
Los seguidores de Avery en Instagram están encantados con su trabajo y le llueven los cumplidos."Gracias por la inspiración que nos proporcionas día tras día con tus maravillosos retratos", escribe un auténtico fotógrafo. "Me paro, miro detenidamente, reflexiono y, sin duda, aprendo de cada post que compartes". En lugar de admitir que su trabajo no es auténtico, Avery dice: "Muchas gracias por tomarte el tiempo de compartirlo. Significa mucho para mí".
Aunque Avery diga que utiliza cámaras profesionales, en realidad las imágenes de su página de Instagram fueron generadas por un programa de inteligencia artificial capaz de crear imágenes llamado Midjourney.
Avery responde ostensiblemente a casi todos los comentarios que recibe, dando las gracias a la persona por elogiarle e ignorando a la pequeña minoría que señala que se trata de IA. Su vaguedad se extiende hasta la negación rotunda de la verdad cuando se le preguntan detalles concretos como: "¿Qué cámara utilizas?" Responde: "Disparo con cámaras Nikon".
Incluso insinúa que podría "grabar el proceso" de su flujo de trabajo cuando se le pregunta cómo consigue el bokeh, ese efecto que se aprecia en los retratos y que consiste en ver el fondo desenfocado para resaltar todo aquello que esté en primer plano.
"A menudo compongo y uso el desenfoque posterior", dice Avery. "Debería grabar el proceso un día de estos". A lo que su seguidor responde: "Eres muy amable. Eres uno de esos raros que realmente se toman su tiempo para responder a cada comentario".
Avery también engaña a través de sus hashtags, poblados de indicadores fotográficos como #blackandwhitephotography, #portrait, #portraitphotography, etcétera. De vez en cuando utiliza #AI o #digitalart, pero se pierden en el mar de hashtags que utilizan los fotógrafos de buena fe.
La metodología de este engaño
Avery admitió su engaño a Ars Technica: "Probablemente más del 95% de los seguidores no se dan cuenta. Me gustaría confesarlo", dice. "Sinceramente, estoy en conflicto", afirma Avery. "Mi objetivo original era engañar a la gente para mostrar la IA y luego escribir un artículo sobre ello. Pero ahora se ha convertido en una salida artística. Mi punto de vista ha cambiado".
Aunque Avery no lo dice abiertamente, hay indicios de que esta imagen es una foto tomada en Ucrania Avery explica que para sus casi 180 publicaciones ha generado la friolera de 14.000 imágenes de Midjourney.
"Estoy generando unas 85 imágenes para llegar a una imagen utilizable y cancelando probablemente al menos el mismo número de inicios fallidos", afirma.
Después de obtener una imagen sintética con la que pueda trabajar, Avery edita la foto en Adobe Lightroom y Photoshop, lo que, según dice, le sigue convirtiendo en un artista. "Requiere un enorme esfuerzo tomar elementos generados por IA y crear algo que parezca tomado por un fotógrafo humano", afirma. "El proceso creativo sigue estando en gran medida en manos del artista o fotógrafo, no del ordenador".
Junto con cada foto falsa, Avery da a cada personaje un nombre (como "Sarah la fuerte" o "Richard el resistente") y escribe una historia ficticia (claramente marcada) para acompañarlo. "Emma miraba por la ventana, hipnotizada por la calle cubierta de nieve. La estación invernal había traído una belleza fresca y tranquila a la ciudad, y ella la saboreaba", escribió Avery para un retrato de una mujer con una capucha cubierta de nieve, continuando con una historia más larga llena de melodrama.
Las historias parecen cautivar a los espectadores, que las disfrutan lo suficiente como para dedicarles efusivos elogios. Esto ha sido un arma de doble filo para Avery, porque la mayoría de sus recién descubiertos seguidores creen que las imágenes son fotos reales, y él no ha estado seguro de cómo revelar ese hecho. Está atrapado entre la repentina fama de Instagram y saber que decir la verdad podría echarla por tierra.
Puede que un engaño de la magnitud del de Avery sólo sea posible hasta que la población en general conozca mejor la tecnología de síntesis de imágenes. Mientras tanto, las redes sociales han enfrentado a los creadores en una competición por los "me gusta" y los seguidores, algo que hace atractivos a los medios impulsados por IA.
"Francamente, no estoy del todo seguro de cómo proceder", dijo Avery a Ars Technica en enero, mientras aumentaba su número de seguidores. "La respuesta de Instagram me ha cogido desprevenido. Conseguir 15.000 seguidores no es fácil. El producto artístico final resuena en la gente".