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Familia tóxica: cómo actuar cuando tu entorno te hace daño

Mucho te hemos hablado de las relaciones tóxicas, esas de las que conviene alejarse. Pero, ¿y cuando el problema lo tenemos muy cerca, en nuestra propia familia? ¿Puede llegar a ser tóxica una relación familiar? “Todas las relaciones pueden llegar a ser tóxicas, especialmente las más íntimas”, nos afirma con rotundidad Ángel Luis Guillén, director de Psicopartner. Partiendo de esta evidencia, sin duda nos podemos encontrar, por lo tanto, ante situaciones muy complicadas en el entorno familiar.

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Atentos a estas señales

Identificar el problema es importante, claro está. Por eso, hay que estar muy pendiente de algunas señales nos pueden llegar a alertar de que estamos viviendo en un entorno familiar tóxico. El psicólogo nos explica que esos síntomas suelen ser coincidentes en todo tipo de relaciones de toxicidad. “La primera señal de que estamos manteniendo una relación tóxica, del tipo que sea, es la ansiedad que nos produce, el malestar, ya sea en forma de culpabilidad, inseguridad, o incluso tristeza, ansiedad, ira…”, nos explica.

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Además, hay que tener muy presente que no hay un solo modelo de familia tóxica, sino que nos podemos encontrar con varios. De hecho, tal y como nos cuenta Ángel Luis Guillén, hay tantos tipos de familia tóxica como personas y entornos disfuncionales o malfuncionantes puede haber.

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madre e hija
madre e hija

Rasgos comunes a estas familias

Eso sí, aunque hay una gran variedad de situaciones, sí que podemos encontrar características o rasgos comunes que definen a este tipo de familias. Son los siguientes:

  • Una de las más importantes es la falta de comunicación. “Las familias tóxicas normalmente suelen estar muy aglutinadas bajo el dominio de uno de los miembros que produce inseguridad y falta de identidad propia cada uno de los miembros individualmente. Abunda la autoridad y la exigencia. Hay mucho control por lo que las personas se vuelven evitativas, sumisas y mentirosas”, nos detalla el psicólogo.

  • Además, en la familia tóxica existen muchos conflictos, normalmente derivados de la falta de libertad de los miembros con el consiguiente desgaste llegando en algunos casos a la violencia, psicológica y /o física, que es otra característica o manifestación de la familia tóxica.

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Vivir en un entorno tóxico

¿Qué consecuencias puede tener para nosotros, a nivel psicológico, el hecho de tener una familia tóxica? “Como toda relación tóxica puede producir en nosotros preocupación, malestar, enfado, irritabilidad, ansiedad, depresión… el límite no existe”, puntualiza el especialista.

En busca de soluciones

La pregunta clave es, una vez que hemos detectado el problema, ¿qué podemos hacer? “Siempre que sea posible hemos de intentar poner de nuestra parte para solucionar los conflictos y mejorar el clima familiar mediante la asertividad. No obstante, si ya lo hemos intentado y la cosa no avanza, debemos pasar a la auto protección, para mantener el equilibrio emocional”, nos comenta el psicólogo. Y si la familia tóxica es la política, ¿la cosa se complica más aún? “Puede ser muy complicado también porque añade la inestabilidad en la pareja. En cualquier caso, debemos ponernos a salvo y no entrar al conflicto. Cuando respondemos al conflicto (un abuso, manipulación o queja) nos nutrimos de ese conflicto. Es mejor actuar con frialdad, pararse, distanciarse y pensar”, nos detalla.

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¿Quedarse o huir?

Por último, sabemos que cuando una relación es tóxica puede ser necesario alejarse, ¿también en el caso de que esto suceda a nivel familiar? “Sí claro, incluso con unos padres o un hijo, hay que aprender a poner límites y tomar distancia. Si uno siente que no puede hacerlo solo/a, es mejor pedir ayuda a un profesional”, nos cuenta el experto.