La eurozona se enfrenta a la estanflación con tensiones de deuda si el BCE sube tipos con rapidez

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La eurozona revela ‘estanflación’ con tensiones de deuda si el BCE sube tipos con rapidez
La eurozona revela ‘estanflación’ con tensiones de deuda si el BCE sube tipos con rapidez

Con retroceso del dinamismo en casi todos sus sectores y una inflación que, pese a leve ascenso de una décima en abril de las estimaciones oficiales, aún se mantiene en el 7,5%. Por si fuera poco, agencias de rating como S&P, alertan de una reedición de la crisis de la deuda de 2011 si el BCE no sujeta bien las riendas de las subidas de tipos que, presumiblemente, emprenderá este verano.

La encrucijada monetaria clásica atenaza al BCE. O subir tipos de interés de forma intensa y con carácter urgente y suma celeridad para contener la inflación más alta en más de cuatro décadas, o atemperar el encarecimiento del dinero hasta que la economía de la órbita del euro consolide su dinamismo dentro del difícil y tambaleante ciclo de negocios post-Covid. Esa es la cuestión shakesperiana que se ha instalado en el cuartel general de Fráncfort. Porque el PIB del espacio monetario europeo apenas repuntó dos décimas entre enero y marzo y todavía una por debajo de las tres que registró en el último tramo de 2021, pese al 5% de vigor interanual respecto con el primer trimestre del pasado ejercicio, cuando la contracción apareció de nuevo en los países de rentas altas por la aparición de la variante Delta y el retraso de las campañas de vacunación en tomar velocidad de crucero.

Por si fuera poco, además, la escalada de precios, aunque emite signos de apaciguamiento tanto en sus indicadores subyacentes como en el general, que apenas creció una décima, hasta el 7,5% según las estimaciones iniciales de abril de Eurostat, sigue confiriendo credibilidad también al segundo de los parámetros de la temida estanflación.

Las cuatro grandes economía del euro ofrecen estos vestigios de manera nítida. En el terreno de la actividad, es el PIB español -con un alza del 0,3%- el que tira del carro del crecimiento. Apenas una décima más que el alemán, que elude así la recesión técnica, después de sus números rojos de tres décimas entre octubre y diciembre por la virulencia de la Ómicron en su territorio, lastre que deja a Italia, que marcó un receso de dos décimas el pasado trimestre, mientras la economía francesa se mantuvo completamente estancada. La parálisis de la actividad, pues, atestigua que la primera premisa de la estanflación parece haberse cumplido. Al menos, en la primera revisión trimestral de la economía del euro.

En cuanto a la inflación, los papeles se invierten. España, pese al recorte de dos décimas, asume las mayores presiones con un IPC general que alcanza el 8,3%, según Eurostat -una décima más baja que el indicador del INE- frente al 7,8% de Alemania cuyo índice avanza nada menos que siete décimas. Italia llega al 6,6% y Francia al 5,4% tras subir mensualmente seis y cinco décimas respectivamente.