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El “no” novio que estafó 53.000 euros a su novia virtual

Jaime Quirós – Que el mundo es cada día más artificial, no hay “persona humana” que lo pueda negar. Que las relaciones interpersonales no tienen nada que ver con las de nuestros abuelos, tampoco. Que la tecnología es parte absoluta de nuestras vidas y resuelve y complica determinados aspectos de cada persona, es otra verdad como un templo. Que la ingenuidad de algunos está por encima del bien y del mal, aún hoy nos sorprende. Y que la falta de escrúpulos de algunos caraduras no conoce límites, también nos supone un mal de la sociedad en que vivimos.

[También de interés: Así acaba la historia del ‘Unete’, el timo de la estampita en versión 2.0]

Foto de International Business Times.
Foto de International Business Times.

Si hacemos un mix de todo lo anterior, nos sale el caso que se ha hecho famoso esta semana del juicio sobre un noviazgo virtual en una red social de encontrar pareja a través de una aplicación en el móvil que surgió en 2013. Se trata del “amor” entre un supuesto Anxo, gallego trabajador de Inditex de 26 años (datos falsos que ofrecía en la red) y una ingenua mujer que cayó en sus mentiras.

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El falso “Don Juan” le contó que era huérfano y que padecía una extraña epilepsia cuya medicación, que compraba de Estados Unidos, le costaba 6.000 euros al mes. Cuando se ganó la confianza de la mujer empezó a pedirle dinero, primero diciendo que había tenido un accidente. Con la excusa de que necesitaba arreglar el coche, la convenció para que le ingresase en su cuenta 13.000 euros. Fue el comienzo de una sucesión de mentiras. Los tortolitos jamás se habían conocido en persona, lo que hace que la historia sea mucho más increíble.

Poco después el presunto timador la convenció de que mientras trabajaba sufrió un ataque epiléptico y le ingresaron. Luego se hizo pasar por un supuesto amigo y le comunicó a la víctima que ‘Anxo’ estaba inconsciente, y que cómo no, necesitaba más dinero para pagar la visita de un especialista que le iba a instalar un electrodo cerebral. Otros 5.000 euros al bote. La mujer llegó a ir a Galicia a darle dinero en mano al acusado, que simulaba ser su amigo íntimo.

Para hacer la historia más inconcebible si cabe, le pidió más dinero a la víctima para otro falso traslado en helicóptero medicalizado y le contó también que tenía problemas con Hacienda, que lo despidieron sin indemnización y que necesitaba dinero para un abogado.

Una vez que la víctima dejó de ingresarle dinero, el acusado aun tuvo la poca vergüenza de amenazarla con arruinarle la vida, desearle la muerte y a hacerle chantaje emocional.

“Anxo” obtuvo en total más de 53.000 euros que la Fiscalía cifra la indemnización que deberá pagar a S.G.R., así como sendas indemnizaciones de 3.400 y 5.600 euros por los daños psíquicos causados. La víctima también está diagnosticada de un trastorno por estrés postraumático en grado moderado.

No es fácil decidir cuál de los dos personajes es más peculiar, el sinvergüenza que timaba o la ingenua mujer que se deja engañar como casi nadie lo haría. ¿Qué clase de rufianes sin corazón, ética, escrúpulos y decencia alguna existen en este mundo, que aprovechan los sentimientos amorosos de otra persona para aprovecharse y destrozarle la vida para su beneficio? Y, ¿qué lleva a personas a ser tan ignorante como ella, una mezcla de corazón bondadoso y caritativo con su “no” novio virtual y absoluta infantilidad, memez y necedad en su modo de obrar? Cuesta decidirse.

Desde luego la mujer debería haber aprendido la lección y no volver a acercarse a una red de contactos. ¡O no! Y este fin de semana vuelve a chatear y enamorarse de un verdadero Casanova. ¡Quién sabe!

Laotracaradelamoneda

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