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El fragmentado sector de la distribución española, condenado a concentrarse

Por Emma Pinedo

MADRID (Reuters) - Tras una larga crisis económica que ha cambiado definitivamente los hábitos de la compra de los consumidores y estrangulado a muchos minoristas, sorprende que la inevitable consolidación de los supermercados españoles se haya aplazado por el momento.

Reticencias de grupos familiares, diferencias geográficas y el arraigo del pequeño comercio especialista han frenado el proceso en un sector con una facturación anual de 70.000 millones de euros, según datos de la consultora Nielsen.

España es un país peculiar dentro de la gran distribución europea: los cinco grandes operadores - Mercadona, Carrefour, DIA, Auchand y Eroski - apenas controlan un 50 por ciento del negocio, mientras sobreviven decenas de empresas familiares con menos de un uno por ciento de cuota, algunas muy eficientes pero otras con dificultades financieras.

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Además, la irrupción tecnológica, que está revolucionando la forma de comprar de los hogares, y la entrada de competidores como Amazon hace que muchos corran el riesgo de quedar desfasados.

"Pequeños comercios empezarán a morir, pero la mayoría son negocios familiares y les llevará tiempo reconocer que tienen que hacer algo", dijo a Reuters Gerhard van der Vorst, un banquero especializado en el sector.

Si el mercado llega al nivel de concentración de otros países europeos como el del Reino Unido o Francia, donde los cinco grandes acaparan el 80 por ciento del mercado, el sector se podría repartir 21.000 millones de facturación.

Hasta ahora la consolidación no se ha materializado porque los grandes operadores han podido crecer con tan sólo abrir nuevas tiendas que expulsaban del mercado al pequeño comercio.

Pero el estancamiento de la población, una tasa de paro superior al 21 por ciento y la alta sensibilidad del consumidor hacia los precios elevará la presión sobre los márgenes, aumentando la importancia del tamaño del distribuidor y a la postre acelerando el proceso de consolidación, según analistas.

FORTALEZA REGIONAL

Una serie de grupos regionales líderes -una peculiaridad del sector español con un tamaño de un 9 por ciento, semejante al de DIA o Carrefour- son uno de los principales frenos.

Gadisa en Galicia, Alimerka en Asturias o Lupa en Cantabria son los rivales a batir para los grandes distribuidores en sus respectivas zonas y no están dispuestos a vender.

"Alguno de los operadores locales lo hacen de maravilla, como Ahorra Más en Madrid, pero otros están muy justitos financieramente hablando y podrían formar parte de esta consolidación," dijo Gonzalo Sanz Martín, analista de Mirabaud.

Los grupos más débiles serán los que tienen unos ingresos anuales de 200 a 900 millones de euros, pronosticó el consultor.

La madrileña Unide, cuya facturación ha caído casi un 60 por ciento en siete años a 250 millones de euros, o la deficitaria unidad de supermercados de El Corte Inglés, tras un relevo generacional en su gestión, podrían ser objetivos de compra.

No obstante, los analistas ven más probable otras operaciones de venta de activos como los 144 supermercados que la endeudada Eroski vendió a DIA el año pasado.

De los grandes, DIA es el único abierto a realizar compras, pero aún está integrando El Árbol y las tiendas de Eroski.

Además, la granadina Corvirán que intentó sin éxito fusionarse con Unide en 2014, o la cadena valenciana Consum, cuya facturación ya roza los 2.000 millones anuales, han continuado creciendo durante la crisis y podrían aventurarse.

FORMATO ADECUADO

Pero no basta con comprar: Hay que adaptar lo comprado a un buen formato, ya que a menudo la parte más costosa es integrar las tiendas adquiridas.

DIA, tradicionalmente una marca de descuento, quiere abarcar un mercado de gama media con sus últimas compras.

Pero según una nota de BNP Paribas, "aún tiene que demostrar que puede operar con eficacia supermercados más complejos".

Por otra parte, el supermercado de descuento alemán Lidl ha dado con un formato novedoso, con un toque exótico y a la vez asequible, que le está permitiendo ser el que más crece a nivel orgánico en España en 2015.

"Vengo por el precio y las ofertas semanales de todo tipo. Tienen electrodomésticos, ropa, productos frescos muy buenos y a veces ofertas de otros países", dijo Inés González, de 38 años, que trabaja en un banco, a la salida de un Lidl en Madrid.

Mercadona está a punto de agotar su recorrido de crecimiento orgánico que le ha permitido situarse como líder del mercado con una cuota del 22,9 por ciento y todavía no ha desvelado qué hará con un colchón de efectivo de casi 3.000 millones de euros.

A la espera de oportunidades de concentración, los esfuerzos de expansión se centran en vender más productos frescos, donde el pequeño comercio aún controla la mitad del mercado de frutas, verduras, carnes y pescados, lo que da margen a la gran distribución para duplicar su cuota de mercado.

"Los distribuidores se han dado cuenta de que es el elemento con el que pueden intentar diferenciarse y volver a ganar cuota", dijo Juan Carlos Gázquez, profesor de Investigación de Mercados de la Universidad de Almería.